El dibujante de cómics e ilustrador alicantino Boris Ramírez Barba ha recurrido a los sueños de su infancia, no siempre de ensueño, para su debut en la novela gráfica, Dientes de leche, disponible desde hace un año en formato digital y publicada ahora en papel por la editorial Hirukoa. En ella, este licenciado en Bellas Artes por la UMH de 29 años, ha reflejado una descomunal pesadilla a partir de las suyas propias y reinterpreta a lo largo de 96 páginas los terrores nocturnos que sufría de niño.

En Dientes de leche, la protagonista es Cara, una niña nerviosa e imaginativa que vive en un piso oscuro con sus padres, con los que cada vez se relaciona menos, ya que llevan varios días encerrados en su habitación. En ese abandono comienza una inmersión a las perturbadoras pesadillas de la niña, que se producen en un ambiente sobrecogedor y claustrofóbico, y que Ramírez plasma en dibujos que solo utilizan la escala de grises, además de un único tono «amarillo febril» para los detalles.

El dibujante, autor de otras novelas gráficas que no tuvieron suerte editorial, e ilustrador de historias de terceros, ha echado mano en esta ocasión de su propia experiencia, de sus particulares terrores, y ha logrado llamar la atención de la editorial vasca.

Experiencia «terapéutica»

«Este es un proyecto muy personal, que trata de enfrentarse a los terrores de la infancia. Un cómic absolutamente experimental, sin adulterar y nada comercial, basado en los terrores nocturnos que tuve de pequeño y mezclándolo con ideas existencialistas», apunta el autor, que reconoce que la experiencia ha sido «casi terapéutica» tras haber recordado «cosas que te marcan y se olvidan» pero que ahora han vuelto a salir a la luz tras un proceso de «auto-investigación» sobre las pesadillas de su niñez, de una recreación, como indica, «de mis miedos más profundos y aparentemente irracionales, revividos durante años una y otra vez desde niño y representados ahora como adulto».

«Recordaba muy bien las pesadillas y al final ya estaba tirándome de los pelos por haber vuelto a ellas», bromea el dibujante, que aclara que siempre se ha sentido «atraído por el terror psicológico» en sus historias y busca «la perturbación del lector en la expresión de lo abyecto. Intento crear ese sentimiento de agobio en la lectura, que quien lo lea tenga esa sensación. Disfruto mucho de este tipo de lecturas que generan sensaciones y me gustaría que los lectores por lo menos sintiesen una parte del terror que yo sentí».

Ramírez Barba apunta que la obra que ha escrito «no es una historia al uso, con su trama y desenlace, sino que más bien está formada por una conjunción de microrrelatos, de micropesadillas» y reconoce formalmente la influencia de la estética del guro japonés que se orienta a lo grotesco.

El autor presentará Dientes de leche el próximo sábado, a las 18.30 horas, en la tienda Ateneo Cómics de Alicante, en una edición que incluye material extra como las portadas desechadas y algunas ilustraciones, así como una breve historia de una página, un pequeño cómic a modo de precuela de la novela.

Boris Ramírez continúa compaginando sus proyectos personales, donde puede dar rienda suelta a sus ideas propias, con ilustraciones por encargo, más medidas. «Ahora estoy adaptando al cómic un guion cinematográfico que me han encargado y tengo entre manos otro cómic mío que sigue esa línea de terror psicológico».