El arte urbano de Antonyo Marest tiene un estilo inconfundible que se vislumbra a leguas. Sus coloridas propuestas de estilo mediterráneo se encuentran diseminadas por todo el mundo y ahora le ha tocado el turno a Calcuta. En esta ciudad india ha sido invitado a participar junto a una veintena de artistas locales en el Festival Durgá Pujá, un acontecimiento en el que se celebran desfiles y los artesanos se dedican a construir templos efímeros para la diosa Parvati que, seis semanas después, son desmontados. Marest ha logrado con el diseño de su pabellón, que ha bautizado con el nombre de su hija Allegra, un triple premio a la creatividad, originalidad y mejor diseño.

El alicantino ha ofrecido una propuesta «cargada de vida» que destaca por sus colores atrevidos y la utilización de formas geométricas, algo común en toda su obra. Arquitecto de formación, el artista ha debido levantar la obra completa con el diseño y la construcción en madera de un espacio de más de 200 m2 , que después ha intervenido con la colaboración de un equipo de la India durante dos semanas.

«El arte crea mundos fuera de ti que ayudan a respirar a los demás cuando lo único que ven es la asfixia de un paisaje gris», destacó Antonyo Marest al recoger el triple premio, que consideró muy emocionante teniendo en cuenta la calidad del resto de propuestas. y reflexionó sobre la similitud entre culturas y tradiciones poniendo como ejemplo las hogueras alicantinas por tratarse también de construcciones artísticas efímeras y en las que espera en breve aportar su talento para diseñar una de ellas.

Bikash Majumdar, secretario del comité del festival destacó el «mérito» de Marest por haberse impuesto en una edición que ha batido el récord de participantes .

La Fundación Basu, una entidad sin ánimo de lucro de Calcuta que promueve la innovación en las artes visuales, ha sido la encargada de invitar a Marest y de producir su intervención, dentro de la idea de fusionar la tradición con nuevas expresiones artísticas de arte contemporáneo. El director de la fundación, Abhishek Basu, cali?có de «inspiradora» su obra, «que te atrapa hasta desde la fachada hasta el altar».

Mural en el Instituto Cervantes

El eco que tuvo la propuesta de Antonyo Marest llevó a la embajada española en la India a encargarle la realización de una pintura mural de gran tamaño para el Instituto Cervantes en Delhi, India, dotando al edi?cio de un ejemplo de la calidad del Arte que actualmente se produce en España.

Marest ha realizado en los últimos años intervenciones en Corea del Sur, Italia, Portugal, EE UU, València, Madrid o Vigo.