Aparte de ser mujeres escritoras, pocas son las especificidades que definen el trabajo de las autoras, enfrentadas a tópicos como literatura femenina o literatura para mujeres, que no encuentran el reflejo en literatura masculina o literatura para hombres. Un prejuicio que arrastran (o no) mujeres de otros países que afrontan esta profesión en contextos y circunstancias sociales y políticas muy diferentes. Uniendo estas dos ideas nada excluyentes, Casa Mediterráneo ha puesto en marcha la Red de Escritoras del Mediterráneo, coordinada por Marina Vicente, que ayer tomó carrerilla en Alicante, con una jornada en la que intervinieron quince escritores de diferentes países bañados por este mar.

«Es una manera de comunicarnos entre escritoras» y «una mirada muy interesante sobre cómo vemos este oficio de escribir desde distintos puntos del Mediterráneo, siempre con algo común, el mar, este mar que nos ha dado tanto y que tanto nos está quitando ahora», destacó la escritora Inma Chacón durante la presentación de la jornada, en la que estuvo acompañada por las escritoras Espido Freire, Cristina López Barrio y Begoña Valero, además de la directora de la Fundación Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas del Mediterráneo, Lola Bañón.

Para Freire, ganadora de los premios Planeta y Azorín, es una oportunidad de tener «acceso a ese conocimiento» de otras formas de vivir la literatura, lo que «nos coloca en una situación privilegiada para poder conocernos y crear redes» para «ganar poder». «Yo compito de tú a tú con compañeros masculinos, aunque nos encontramos en desigualdad, pero la posibilidad que yo tengo de lanzar un mensaje al mundo no la poseen la mayor parte de las mujeres de la cuenca mediterránea». Por eso, «tenemos que trabajar en lo que nos une porque nos separan muchas cosas, el idioma y un continente, pero nos une un mar». Además «hay problemas que nosotras ya hemos solventado y podemos ayudar a que ellas los superen también».

Comparte esta idea Cristina López Barrio, finalista el Planeta, para quien este encuentro «nos enseñará cómo se construye la identidad de la mujer en otros países del Mediterráneo y yo creo que eso nos va a enriquecer». Se trata, aseguró, «de ver la identidad de la mujer y de la mujer escritora».

Para Lola Bañón, «la literatura es una forma de exponer un conflicto y gestionarlo», por lo que esta red «nos ayudará a poner en común problemáticas y generar una nueva visión del mundo».

En este sentido, Espido Freire resaltó el descubrimiento «de unas voces con una intensidad y un desgarro extraordinario», al tener la posibilidad de «conocernos y leernos».

Este encuentro, «supone dar voz a gente no la tiene», aseguró Lola Bañón. «Para mí la literatura es algo profundamente político, en el sentido de tener capacidad de imaginar un mundo distinto».

Sin embargo, para Chacón «el feminismo no es ni de izquierdas ni de derechas, ni es lo contrario del machismo; el machismo es violencia y el feminismo es igualdad».

Hablaron también de las etiquetas que arrastran las mujeres escritoras. «Aunque no nos gustan las etiquetas, la única manera de tener conocimiento es etiquetar, es imposible huir así que lo único que podemos hacer es que nos coloquen una con la que nos identifiquemos», destacó Freire.

Para Inma Chacón, la etiqueta de literatura femenina «nos discrimina y nos limita, y ya va siendo hora de olvidar este término. La literatura es literatura, si no hay literatura masculina no sé por qué tiene que haber femenina».

«No está completamente superado -afirmó López Barrios-, es cierto que necesitamos etiquetar para clasificar los conceptos, pero la literatura femenina está asociada al corazón, a la emoción, y eso es maravilloso, pero se identifica emoción con mujer y razón, lógica e intelecto con hombre. Cuando un hombre escribe sobre el amor lo convierte en un tema universal y si lo hace una mujer es un folletín».

El problema para Begoña Valero es que «hay que cambiar la acepción peyorativa de la etiqueta de literatura femenina y reivindicar que ese 50% de mujeres escritoras seamos capaces de transmitir otro tipo de sentimientos que enriquezcan la literatura. Estamos algo eclipsadas por la literatura masculina y es hora de que consigamos estar al mismo nivel».

El próximo encuentro será en febrero en València y se estudia también hacer un congreso.