La Muestra de Cine Social Luminiscence se inició en 2013 de forma modesta en Alcoy para compartir con los espectadores una selección de cortometrajes que van más allá del entretenimiento. Si en ese primer año se recibieron 160 trabajos de distintos lugares del país y algunos del extranjero, en la nueva edición que empieza hoy en Alicante -la séptima- la organización ha recibido 512 proyectos de todos los continentes y ha obligado a los organizadores (el realizador alicantino Vizen G. Hernández y María José Fenoll) a replantearse pasar de las 100 butacas a las más de 500 que ofrece el Aula de Cultura de la Fundación Caja Mediterráneo para que no se quede nadie fuera, así como aumentar los días de proyección de uno a tres. Además, la muestra se llevará a Elche y Alcoy durante el primer trimestre de 2020.

En Alicante, a partir de las 19 horas desde hoy y hasta el jueves, se proyectarán una treintena de cortometrajes nacionales e internacionales que recorrerán la realidad social con los ojos bien abiertos y en los que se abordarán temas tan actuales como eternos: desde la violencia de género o el bullying hasta la presión de las redes sociales, la crisis migratoria en el Mediterráneo, la diversidad sexual, las religiones, las relaciones familiares o el suicidio.

Con humor, sensibilidad o crudeza, todas ellas proporcionan al espectador «muchos temas que comentar después de las proyecciones, mucha reflexión», en una selección «más difícil cada año porque el nivel de calidad es altísimo», apunta Vizen G. Hernández, que asegura que «nunca miramos la procedencia ni los títulos de crédito para elegirlas, sino el mensaje que lanzan».

Si la variedad de temas que reflejan es amplia, también lo es el tono que emplean los narradores y «alejándonos del drama podemos ver historias que nos dejan con el corazón en un puño, pero también las hay hilarantes, sobrias y amables», matiza el organizador, que intenta ofrecer «visiones diferentes» de la realidad.

Entre los más de 6.000 minutos de visionado que suman los más de 500 trabajos presentados, hay un gran número de cortos nacionales, «pero el primero en llegar fue de Japón y nos han llegado de Estados Unidos, Irán, Australia, muchos de Latinoamérica, Corea del Sur, China o Guinea Bissau», destaca el director.

En la muestra -cuya entrada al público es gratuita- se combinan proyectos «de realizadores noveles con un primer cortometraje espléndido, como el caso de Francesca Catalá, una joven de 25 años que muestra una madurez tremenda en su trabajo Bolina; los ácidos diálogos de Volcánica en las manos de Alberto Velasco dirigiendo a un elenco excepcional capitaneado por Aitana Sanchez-Gijón, sin dejar de lado el tremendo proyecto del alicantino Javier Marco, que en Uno es capaz de transportarnos desde la comodidad de nuestra sala hasta otra realidad con una simple frase, que de simple tiene muy poco», explica Vizen G. Hernández.

Rostros conocidos como Leonor Watling y Berta Sánchez en Mi hermano Juan o la conversación entre Carmen Machi y Sergi Cervera, madre e hijo en ¿Por qué miente la gente?, se entremezclan con intérpretes menos cercanos como Reza Mirhashemi, protagonista de The List, cortometraje que llega desde Iran de la mano de Ahmad Mirhashemi.

Las sesiones de proyección de los cortos -de entre 10 y 12 minutos de duración cada uno- se prolongarán durante 1 hora y 40 minutos hoy y mañana. El jueves se estrenará un largometraje coral dirigido por Hernández, Volubles, con más de 30 intérpretes que en la pantalla deben superar ciertos trances con incógnitas que se resuelven al final y que ni siquiera los actores saben cómo acaban.

Después de la Muestra, algunos cortos se proyectarán en institutos de la provincia.