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Desmitificar la historia

El alicantino Javier Martínez-Pinna analiza los estereotipos de la Edad Media en una investigación que trata de «rescatar y valorar las grandes aportaciones que la Europa feudal nos legó y que no han sido justamente reconocidas»

Cubierta de la obra. información

Con el propósito de aportar una nueva visión desmitificada y alejada de sus estereotipos , el alicantino Javier Martínez-Pinna publica Eso no estaba en mi libro de Historia de la Edad Media. Eso no estaba en mi libro de HistoriaObra con la que, desde distintos prismas, busca «rescatar y valorar las grandes aportaciones que la Europa feudal nos legó y que no han sido justamente reconocidas».

«La Edad Media es una etapa de mil años en la que tenemos momentos en los que predomina el inmovilismo, la barbarie y la represión, pero creo que es justo reconocer que durante estos siglos también tenemos grandes aportaciones y logros sobre los que se construyen las bases de lo que es la cultura occidental como es el parlamentarismo, la aparición de la universidad, la recuperación de la vida urbana y comercial o la difusión del libro», explica Martínez-Pinna sobre este amplio recorrido cultural por la Edad Media en el papel de la inquisición, la esclavitud, la represión sexual o la labor de Alfonso X El Sabio, entre otros muchos.

«Generalmente solemos imaginarnos a los hombres y mujeres de la Edad Media como unos seres famélicos, sucios y obsesionados con la religión pero, como dijimos, esta etapa es muy larga por lo que esto no siempre fue así. En el libro pretendo dar una imagen más real de las costumbres del ser humano durante estos siglos: cómo vivían, que hacían para divertirse y cuáles eran sus costumbres gastronómicas. De hecho, según nos cuentan las tradiciones, Alfonso X el Sabio está relacionado con el origen de las tapas. Y se dice que en una ocasión realizó un viaje a Cádiz y que un día paró a descansar en una taberna con la idea de reconfortarse con una buena copa de vino. Justo en ese momento se levantó el viento en la bahía gaditana por lo que el mesonero colocó una loncha de jamón sobre el vaso para que no cayese arena en su interior. Lógicamente el rey quedó encantado por lo que pidió otro vino pero con otra 'tapa' igual», explica el historiador y docente alicantino sobre un reinado con luces y sombras.

«Entre los aspectos negativos cabe destacar el enorme esfuerzo protagonizado por el monarca para asumir la corona imperial, motivo este por el que Alfonso X empleó cuantiosos recursos que empobrecieron el reino. A pesar de todo, yo no lo considero un monarca pésimo ya que, entre otras cosas, introdujo importantes reformas con la intención de homogeneizar y fortalecer al reino, como el intento de reducir el poder de los grupos privilegiados, la creación de la Mesta y nuevas medidas para impulsar el comercio. No solo eso, ya que fue el primer monarca castellano que utilizó las Cortes con representación del tercer estado y, por supuesto, su figura es fundamental para entender el desarrollo cultural de Castilla en el siglo XIII», detalla Javier Martínez-Pinna, que también ahonda en los «tesoros ocultos» en esta etapa histórica.

«Hay riquezas legendarias como puede ser el tesoro maldito de la Alhambra, el de la cueva del Rincón de Victoria en Málaga o incluso el Grial, aunque también a una serie de pequeños tesorillos que los musulmanes habrían escondido conforme fue avanzando el proceso de la reconquista para evitar que sus riquezas cayesen en manos de sus enemigos. También destacamos el presunto tesoro del reino visigodo, al que le seguimos la pista en el libro, que habría quedado oculto después de la invasión musulmana del 711», agrega.

«Respecto al sexo, hablamos en la obra del Ítem de fornicationes, un libro que nos informa sobre las curiosas penitencias para aquellos que cometiesen actos considerados 'inapropiados'. En cuanto a aspectos tan controvertidos como la homosexualidad, puede resultar sorprendente que fuera algo habitual durante una buena parte de la Edad Media ya que solo se empezó a legislar en su contra a partir del siglo XIII. Otra curiosidad: el cinturón de castidad, que relacionamos con esta época, sólo se empezó a utilizar en el siglo XIX», comenta.

El alicantino Javier Martínez-Pinna aporta un punto de vista crítico en la introducción de la obra sobre las redes sociales en la construcción del discurso de la historia. Una construcción a partir de textos banales que tienden peligrosamente el engaño, la mentira y la manipulación.

«Las redes sociales se han convertido en un océano de intolerancia en el que todos podemos navegar con demasiada facilidad. No solo me estoy refiriendo a la existencia de noticias falsas sino también a la manipulación de la historia y a la proliferación de respuestas simplistas para entender fenómenos complejos. En estos días estamos siendo testigos del peligro que supone para la convivencia la manipulación de la historia y la generación de un relato falso para sustentar determinados planteamientos políticos», reflexiona el investigador alicantino, que defiende el uso de series, películas o videojuegos para transmitir la historia a los más jóvenes. «Cualquier película, serie, cómic e incluso juegos de las consolas que despierten el interés de los alumnos por un determinado periodo de la historia puede ser positivo. Bien es cierto que en muchas ocasiones pueden adolecer de rigor histórico, pero para está el profesor», concluye.

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