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Fernando Parra dignifica al charnego

El profesor y crítico literario presenta Persianas, su debut en la novela, mañana en 80 Mundos con Pilar Blanco

Fernando Parra dignifica al charnego

Cree Fernando Parra Nogueras (Tarragona, 1978), que la literatura española estaba en deuda con la figura del charnego (adjetivo despectivo utilizado en Cataluña para referirse a los inmigrantes procedentes de regiones españolas que no hablan catalán, e incluso a sus descendientes), que pese al Pijoaparte de Juan Marsé (Últimas tardes con Teresa) o algunos personajes de Terenci Moix (El día que murió Marylin), autores que «intentaban criticar a la burguesía catalana que jugaba a la justicia social desde sus palacios de Pedralbes», la literatura les debía una vindicación. «Soy hijo de charnegos y necesitaba restituirlos un poco literariamente», afirma este profesor de Lengua y Literatura, crítico ocasional en INFORMACIÓN, autor del blog Cesó todo y dejéme, residente en Alicante desde hace siete años, y autor de Persianas (Funambulista), su primera novela, que fue finalista del Premio Azorín 2017 y que mañana presenta (19.30 horas), acompañado de la poeta Pilar Blanco, en la librería 80 Mundos de Alicante. Persianas dignifica la figura del charnego. Está ambientada en un barrio de Tarragona en 1987, cuando ETA atentó contra la industria petroquímica provocando un éxodo masivo sin precedentes, pero no es un libro sobre terrorismo. «Hay una trama semidetectivesca relacionada con los atentados», -explica Parra- «pero no es lo más importante, es una excusa para hablar de otras cosas. El gran tema del libro es la defensa de la fantasía. El personaje es un niño que ve que se cierne sobre él una verdad terrible y no quiere verla. Enmascara esa verdad con las armas de un niño: la inocencia, la ingenuidad, la fantasía, para intentar no ver aquello que en realidad sí ve». Las persianas evocan el ambiente del barrio, sirven para ocultarnos, y también le permiten al pequeño reconocer a cada vecino por el ruido al izarla, hasta que unas lamas que no se enrollan hacen temblar ese mundo infantil de seguridades. El barrio es la patria chica de los descendientes de esos charnegos que viven un conflicto identitario, estigmatizados por el catalanismo canónico que ha decidido la forma de ser y sentirse catalán. «Fuera de ese canon, los demás catalanes no existimos, somos invisibles», dice Parra, que en 2020 publicará su segunda novela, El antropoide.

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