Una joven corintia despedía a su amado antes de partir a la guerra y en un momento determinado vio cómo la sombra del soldado se proyectaba en la pared. Cogió un carboncillo y realizó una silueta de su novio. Ese relato de Plinio El Viejo en el siglo I a. C. supone la primera referencia que tenemos en la historia de un retrato. Lo contó ayer Nimfa Bisbe, jefa de las colecciones de arte de La Caixa y comisaria de la exposición Mírame. Retratos en la colección La Caixa de Arte Contemporáneo, que se inauguró ayer en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante.

«El ser humano se ha retratado desde hace miles de años, aunque hoy en día el retrato ha cambiado mucho por la tecnología, como el móvil», apuntó durante la presentación de esta muestra, que se podrá ver hasta el 24 de mayo. «La fotografía cambió mucho el hecho del retrato pero la esencia es siempre la misma: guardar una memoria, parar el tiempo y registrar o representar una identidad. Estas tres ideas son las básicas de un retrato y es lo que vemos en esta exposición».

Son 18 piezas las que se han reunido en el MACA, realizadas entre los años 80 y la actualidad, entre fotografía, vídeo, dibujo e instalación, y de artistas de renombre internacional como Ana Laura Aláez, Vanessa Beecroft, Rineke Dijkstra, Esther Ferrer, Günther Förg, Stefan Hablützel, Roni Horn, Pedro Mora, Óscar Muñoz, Bruce Nauman, Carlos Pazos, Geneviève Cadieux y Gillian Wearing.

La exposición comienza con un vídeo de la performer Esther Ferrer, en el que a través de los gestos de su cara, refleja diferentes emociones. Le sigue otro vídeo del colombiano Óscar Muñoz, con el que ganó el Premio Nacional de Arte en su país, que muestra al artista haciendo un autorretrato y no puede porque pinta con agua sobre una piedra a la que da el sol. Carlos Pazos muestra un autorretrato y Geneviève Cadieux investiga sobre sus antepasados familiares para encontrar su genética, con seis retratos, en los que ella misma utiliza caretas de látex que reproducen los rostros de sus abuelos, sus padres y su tío.

La representación, el hecho de que en un retrato lo que importa es la imagen y no la persona retratada en sí misma, es uno de los aspectos centrales de la muestra. «Un retrato es una imagen, una ficción».

El tema de la representación «fue fundamental a finales de los 80 y 90 porque los artistas empezaron a trabajar con la fotografía y en los 90 trataron mucho el cuerpo, cómo somos o qué hacemos».

El concejal de Cultura, Antonio Manresa, aseguró que «el hecho de que está exposición esté en el MACA, indica dos cosas: por un lado la importancia de la colaboración y la excelente relación entre instituciones, y por otro, el reconocimiento que tiene el museo, más allá de nuestra ciudad, ya que solo así se entiende que una colección de la importancia de esta, pueda verse en Alicante».

La muestra se complementa con un espacio para talleres infantiles en torno al retrato y a conocer quiénes somos, según la conservadora del museo alicantino, Rosa Castells.