Lo más eficaz para evitar la propagación del coronavirus es quedarse en casa. Los enfermos con sintomatología leve pueden recuperarse sin necesidad de un ingreso hospitalario y las personas sanas, en cuarentena o no, evitarán la propagación del contagio restringiendo sus desplazamientos y sus contactos.

En España, igual que en otros países del entorno, han surgido movimientos cívicos que, a través de las redes sociales, apelan a la responsabilidad ciudadana para detener el avance de la enfermedad. Las recomendaciones son distanciamiento social y evitar desplazamientos, además de las normas generales de higiene -básicamente, el lavado frecuente de manos-.

No todos los pacientes con coronavirus requieren ser ingresados en un centro hospitalario. Los enfermos con sintomatología leve, sin patologías previas y que no estén en situación de vulnerabilidad -mujeres embarazadas, niños o personas inmunodeprimidas- pueden pasar la enfermedad aislados dentro de su casa.

Tanto ellos como quienes se ocupan de su cuidado han de cumplir ciertos requisitos, mantener el aislamiento y ser escrupulosos con la higiene. El Ministerio de Sanidad ha difundido una serie de normas a adoptar en estos casos, similares al protocolo que antes había redactado su homólogo italiano y con prescripciones sobre los espacios, la atención y el tratamiento de residuos.

El enfermo tiene que permanecer en una habitación bien ventilada, aislado del resto de la familia; quienes le atiendan deben estar sanos y usar mascarillas quirúrgicas, evitando el contacto con sus fluidos corporales; hay que lavar con frecuencia y con agua muy caliente sábanas, toallas y los objetos que estén en contacto con el portador del virus, desde el termómetro hasta la vajilla.

Medidas en el domicilio

Lo mejor es que disponga de baño o aseo de uso exclusivo y si no fuera posible cada vez que lo use hay que limpiarlo con lejía. Diariamente hay que desinfectar los suelos y las superficies de los muebles de la habitación. Debe disponer de sus propios productos de higiene y sus toallas deben cambiarse a menudo; mejor aún: que use toallas de papel desechables. La ropa que haya estado en contacto con la persona enferma debe manipularse utilizando guantes y mascarilla y lavarla alta temperatura.

En la misma habitación del enfermo hay que colocar un cubo de basura, en el que se depositarán todos los residuos que provengan de la persona contagiada.

El paciente de coronavirus no debe compartir casa con personas enfermas o vulnerables -ancianos, enfermos crónicos, embarazadas, niños pequeños...- y hay que disponer de un teléfono para mantenerse en contacto permanente con el personal sanitario.

Las personas sanas también tienen mucho que hacer para combatir la enfermedad del coronavirus. Deben sopesar el riesgo de contagio que entraña asistir a eventos masivos y renunciar a conciertos, teatro, competiciones deportivas...

Mejor no acudir a reuniones sociales, fiestas ni servicios religiosos, reducir los viajes -especialmente en transporte público-, evitar bares, museos, restaurante y otros espacios concurridos, optar por el teletrabajo y, en la medida de lo posible, no salir de casa. La consigna es distanciamiento social, ni besos ni abrazos ni dejar a los niños jugando juntos por las calles ahora que no hay clases.

La epidemia avanza pero con medidas como esas las autoridades sanitarias y los ciudadanos que apuestan por la autoprotección y la promueven en las plataformas digitales pretenden aminorar su velocidad, para no colapsar los hospitales y disponer de más tiempo para la búsqueda de tratamiento.