Ayer falleció en Polonia el compositor y director de orquesta Krzysztof Penderecki, a los 86 años de edad, después de una larga enfermedad. Quiero recordar, aunque sea brevemente, su vinculación con la ciudad de Alicante durante varios años.

Siendo estudiante en Madrid en la segunda mitad de la década de los sesenta del pasado siglo XX conocí una de sus obras que más fama mundial le dieron: "Treno a las Víctimas de Hiroshima", compuesta entre 1959 y 1960. Cuando en 1970, de regreso a la torreta, trabajaba como redactor en el desaparecido "Primera Página" comenté dicha obra, reproduciendo la portada de la grabación que había adquirido en Madrid como estudiante. Fue mi primera incursión en la divulgación musical. El compositor polaco, Premio Príncipe de Asturias en 2001, ya tenía una vinculación con nuestra ciudad. En 1965 había dedicado a don Óscar Esplá y Triay la obra "Pasión según san Lucas", una de sus numerosas composiciones religiosas entre las que figura, en la cumbre, su "Réquiem polaco". El maestro Esplá incorporó a Penderecki al premio que llevaba su nombre, instituido en 1956 por el Ayuntamiento de Alicante y que se falló cada dos años hasta 1990. Penderecki formó parte del jurado del citado premio de composición junto a autores como Olivier Messiaen, Goofredo Petrassi o Xavier Montsalvatge, entre otros, a quienes conocí como periodista.

En 1990, con motivo de los actos del V Centenario del título de Ciudad de Alicante, entre los actos programados por el Patronato municipal figuró la presencia de Penderecki, creo recordar que dirigiendo un inolvidable “Réquiem” de Verdi en San Nicolás y no se si también dirigiendo una gran orquesta sinfónica del Este de Europa en la Plaza de Toros, hecho del que sí tendrán constancia Luis de Castro, responsable de muchas de las actividades del V Centenario junto al comisario del mismo, Carlos Mateo.

La relación de Penderecki con el Ayuntamiento, por su presencia en el Jurado del Premio Esplá, fue más que protocolaria y especialmente directa con el alcalde, José Luis Lassaletta, y con el concejal de Cultura, José Antonio Martínez Bernicola, dos compañeros y amigos con quienes trabajé en la Corporación municipal entre 1987 y 1991, que fallecieron hace años. Pude ser testigo de la emoción con que Penderecki, hombre muy religioso, presenci, junto a ellos, en un balcón del barrio de Santa Cruz, la bajada de la procesión del martes en la Semana Santa de aquel año de 1990, si la memoria no me es infiel.

D.E.P. el gran músico polaco.