¿Ha sido la cultura occidental siempre homófoba y machista? ¿Hasta qué punto las lesbianas de nuestra historia tenían que esconderse o fingir ser amigas? ¿En qué consistían esas amistades románticas, con sus cartas de amor angustiado, sus paseos por el parque y sus mil y una excusas para tomar el té a las Five o´clock "pero a solas, por favor"?

Cristina Domenech (Málaga, 1987) es graduada en Estudios Ingleses por la Universidad de Málaga donde también cursó un máster de esta misma especialidad. Actualmente es doctoranda por la Universidad de Málaga y es la responsable de que "Señoras que se empotraron hace mucho" (Plan B, 2019) haya sido uno de los libros más vendidos en nuestras librerías las pasadas navidades y vaya ya por su quinta edición confirmada.

Su obra tiene la capacidad de atrapar al lector mediante unas narraciones rápidas donde el sentido del humor es clave... Pero, además, te proporciona los suficientes datos y bases científicas como para querer investigar más sobre mujeres que, en plena época victoriana, arriesgaron posición social, estatus económico y en ocasiones su propia vida por el hecho de ser lesbianas o bisexuales. Eso sí, tal y como advierte ella misma en el libro, "Señoras que se empotraron hace mucho" no es un ensayo, sino una recopilación de un trabajo que ella misma empezó en Twitter, red social que la catapultó.

Antes de pasar a la Fase "definitiva" que nos permita invitarla a la costa levantina, charlamos virtualmente con Cristina sobre su libro, el impacto que ha tenido en la vida de muchas lectoras y, principalmente, cuándo y cómo se gestó esta investigación.

¿En qué momento decides tirar del hilo y empiezas a investigar a todas esas mujeres? ¿Algún detalle o historia que fuera determinante?

El momento en el que empecé a investigar sobre este tema fue cuando tenía unos quince años igual, yo hacía un par de años que estaba "fuera del armario" porque para eso la verdad es que fui muy precoz y siempre me ha gustado mucho la historia y la literatura. A los quince años leí un libro de Virginia Woolf, Orlando (que tiene temas Queer y fue escrito en la primera década del siglo XX) y eso para mí fue un shock absoluto porque hasta ese momento yo no conocía ninguna figura histórica que fuera lesbiana o bisexual y eso fue lo que me llevó a preguntarme dónde estaban todas esas historias. En principio era un poco complicado, aparte de Virginia Woolf y de Safo -que es más o menos universal-. Después ya fue más fácil; cuando llegué a la Universidad y tuve acceso a archivos y bibliotecas la cosa mejoró, pero sin esa clase de recurso y sobre todo sin saber inglés es muy difícil acceder a ese tipo de información.

Algo que debe animar mucho es hablar con pasión de X lesbiana de la historia, como Anne Lister, y que miles de personas empiecen a seguirte y a demandarte perfiles de más y más mujeres.

¡Pero por supuestísimo! El momento en el que yo puse un hilo y aquello tuvo la explosión tan grande que tuvo... El primer hilo que fue el de "Las señoras de la Biblia" Marian Woods y Jane Pirie... (ríe) lo puse para unas amigas, no lo puse con ánimo divulgativo ni con ningún tipo de intención así que obviamente bueno, saber que a la gente le interesa un tema que a mí me apasiona tanto y que generalmente lo veo tan olvidado sí que anima mucho a seguir.

En un momento de crispación política e ideológica hablar de estos temas también puede significar que intenten desacreditarte en algún momento... ¿Cuál es el comentario más "loco" que has recibido de un troll?

Con respecto a si he notado si hay más homófobos en la red: Lo cierto es que sí, no sé si hay más pero desde luego son más vocales, más visibles. Pero la verdad es que tengo suerte de que en los casi dos años que llevo siendo visible en redes sociales, aunque algún troll ha caído, generalmente son de estos que los ves como a la legua y que realmente son 100% inofensivos. No es gente que viene a discutirte con muchísimo odio, es gente que generalmente pone un comentario que no pega nada y que tú dices "bueno, venga€". Y he tenido muy muy pocos, el 99% de las reacciones que recibo en Twitter suelen ser muy positivas (a mí, personalmente). A mí personalmente me suelen dar más problemas las que se hacen llamar "feministas" pero que no quieren que las mujeres trans estén en el movimiento ni feminista ni lésbico. Pero en general no muchos trolls, creo que porque los despaché muy rápido e igual ya no se animan. ?

En el libro se da a entender que no sólo aparecen lesbianas, sino distintos perfiles en lo que, ahora concebiríamos dentro de distintas realidades LGTBIQ, como investigadora, ¿qué has podido observar sobre esto? ¿podemos hablar de realidades LGTBIQ a lo largo de la historia si anacrónicamente dichos términos no existían?

Este es un tema que está discutido continuamente dentro de los estudios queer y dentro de lo que viene a ser la historia sin más. Yo cuando divulgo a veces hablo de lesbianas o hablo de bisexuales, porque entiendo que esa es una etiqueta que, a día de hoy, nosotras entendemos. Pero generalmente cuando hablo de forma académica uso "queer" que es un término que cubre muchas realidades y que no pone una etiqueta tan específica, o digo "mujeres que amaban o que se sentían atraídas por otras mujeres" y lo dejo ahí. Existía la noción de que había mujeres que se sentían atraídas por otras mujeres, o que se acostaban con otras mujeres... y no se veía de manera tan inocente si realmente después de eso te impedía casarte o cumplir tu deber social (que era tener hijos y dedicarte a la familia).

¿Podemos hablar de realidades lésbicas o de realidades trans anteriormente al siglo XIX o al siglo XX?

Yo no solo diría que podemos, sino que debemos. Si tú a un victoriano le hubieras dicho "eres victoriano" no habría tenido ni idea de lo que le estás hablando y nadie habría venido a discutirte.

La verdad es que leyendo "Señoras que se empotraron hace mucho" no podía parar de reír. ¿Usas el sentido del humor a conciencia? Los relatos sobre lesbianas, ya sean ficción o históricos, suelen ser bastante trágicos...

Me gustaría saber que el sentido del humor lo he hecho adrede... pero es que no puedo decirlo con la conciencia limpia porque la tontuna a mí me sale sola. Cuando doy clases me gusta mucho meter humor, anécdotas, hablar de una forma muy coloquial. Creo que la información entra mejor. Creo que el humor es una herramienta útil: a mí me cuesta la vida darle a un alumno un artículo científico de tres mil palabras para que se lo lea y hay gente que le gusta (como a mí) pero a la mayoría de la gente no le gusta. Sin embargo, cuando sumas los tweets de los hilos, le he metido a la gente tres mil palabras, la misma extensión, y la gente se lo lee con muchísimo gusto. Entonces sí lo uso a propósito, quizá no directamente por el tema de la tragedia en la ficción lésbica, aunque no te digo que no sea parte de lo que me ha llevado a usar tanto el sentido del humor.

Hablas de los siglos XVII-XVIII con Mademaoiselle de Maupin, Catterina Vizzani o Las damas de Llangollen€ pasando por el XIX y finalmente en la época más oscura para las lesbianas, el siglo XX: ¿Cuándo pasan las lesbianas de ser mujeres que amaban a otras mujeres a patologizarse y ser perseguidas, hasta incluso asesinadas? ¿por qué?

La razón por la que se pasó de algo relativamente inocente a la patología tiene muchas vertientes. Pero en general lo que pasó fue que a finales del siglo XIX no era un "problema", es decir, a mucha gente le parecía mal, pero al final el 99% de las mujeres tenían que buscar un marido para poder sobrevivir. A final del XIX con el alza del movimiento feminista y con el tema de que se abren muchísimos posibles trabajos para las mujeres lo que empiezan a hacer algunas fue irse a vivir juntas y apoyarse económicamente la una a la otra. No quiere decir que estas mujeres se sintieran atraídas sexualmente u emocionalmente: era sencillamente un arreglo económico que empezó a proliferar muchísimo. A esto se le llamó "matrimonio bostoniano". Por supuesto había muchísimas mujeres queer aprovechando la tesitura para llevar su vida bajo el falso techo del "matrimonio bostoniano". Pero, en general, solo era un acuerdo económico y social. Esto ya empezó a ser un "problema", porque ya había muchas mujeres que no querían casarse, que no querían tener hijos y que querían tener puestos de trabajo que según ellos era "trabajo de hombres" y esto está ligado al feminismo y al sufragismo. Es justo en esa época cuando empieza a verse como una patología.

Tampoco diría que el siglo XX es el peor, que si que es verdad que a ojos de la opinión pública aquello se veía muy mal, el caso es que ha habido mujeres encarceladas e incluso ejecutadas por estar con otras mujeres (aunque ya no solo era el hecho de estar con ellas romántica o sexualmente) sino que normalmente cuando aquello pasaba era porque la mujer había ido "un paso más allá": se había vestido de hombre para casarse con la otra mujer, se había hecho pasar por su marido, etcétera. El cargo, irónicamente, de hacerte pasar por hombre o de defraudar a un cura para casarte con ella estaba muchísimo más castigado que el hecho de que te acostaras con otra mujer.

En el libro pones mucha pasión y cariño a la hora de contar la historia de cada una de las mujeres que aparecen, ¿hay alguna de estas señoras con la que empatices especialmente?

Todas me causan muchísima admiración, aunque seguramente si tuviese que elegir una en concreto creo que sería Natalie Clifford Barney, porque fue pionera en un concepto que a mí me obsesiona y que intento fomentar todo lo posible dentro de mis capacidades, que es el crear una red de apoyo que sea un sitio seguro para mujeres queer. La comunidad está muy fracturada y sólo nos juntamos para la fiesta (ríe) que a mí me parece muy bien, porque cuando un colectivo lleva tantos siglos recibiendo mierda por todas partes, me parece que la fiesta en sí misma y ser felices en es una reivindicación. Pero también entiendo que nuestro colectivo no sabe nada de su historia, y ya no hablo del siglo XIX, hablo de 1970, 1980... a la gente se le olvida rápidamente su historia y creo que eso de crear un espacio seguro, conectar a gente del colectivo entre sí (especialmente a mujeres, que siguen siendo más invisibles que los hombres) eso es algo tan radical y tan necesario y Natalie Clifford Barney dedicó su vida entera a este objetivo. De hecho, gracias a ella y gracias a esta red de apoyo que creó muchísimas mujeres queer, como Colette o como Renée Vivien, como Dolly Wilde... muchísimas mujeres de principios del siglo XX en París conocieron el éxito en sus profesiones.

Hay tantas historias como preguntas abiertas una vez se acaba la lectura de "Señoras que se empotraron hace mucho". ¿Qué respuesta han dado los lectores y las lectoras tras la lectura?

Las respuestas que más me han llegado de los lectores: sobre gente que ha llevado el libro a casa o incluso que le leía los hilos a su familia y era una manera de introducir el tema en la casa. A lo mejor estaban en el armario, no necesariamente pensaban que fuesen a recibir rechazo por parte de su familia o a lo mejor eran jóvenes y no sabían muy bien cómo meter ese tema en casa. Muchísimos me han dicho que ver a sus padres disfrutando y riéndose con esas historias les ha dado un empujoncito para salir del armario. ¡Sí que ha habido salidas del armario a partir de ahí! (risa) Pero la verdad es que ha habido de todo: Novias que se han regalado el libro la una a la otra sin saberlo. A una de mis firmas vino una niña de doce años con su padre, lo cual a mí me emocionó mucho porque yo salí del armario con esa edad y no se lo podía decir a nadie... yo creo que eso es muy emocionante, que a esa edad puedas empezar a conocer tu historia me parece muy buen augurio. Pero sí, ha habido muchísima gente que le ha regalado el libro a sus padres y con resultados bastante positivos, cosa que a mí me ha alegrado mucho. Es una cosa que me llena bastante que se pueda ayudar un poco en ese sentido.

¿Has cerrado el círculo de todas ellas o sigues investigándolas?

Si había cerrado el círculo sobre las historias del libro: tengo una lista de nombres de mujeres que no te puedes imaginar, lo que no tengo es tiempo entre las clases y la promoción del libro. De las que ya he hecho hilo por supuestísimo que sigo investigando. Cuando empiezas a estudiar un tema de microhistoria, de una persona individual, la búsqueda nunca acaba. De hecho, la mayoría de estos hilos que se han investigado a lo largo de años y años no ha sido "voy a esta persona, me leo todo lo que hay, y acabo" ha sido más bien "aquí hay un nombre, no hay ninguna biografía, a los dos años me la encuentro en un capítulo de un libro€ a lo mejor sigo tres años sin noticias", es un poco que cuanto más leas más fácil es ir tanteando bibliografía.

¿Tienes pensado seguir reuniendo historias sobre "Señoras que se empotraron hace mucho"?

¿Si voy a seguir recopilando historias? (ríe) Siempre. Empecé con quince años haciéndolo para mí misma y diecisiete años después me sigue fascinando y me sigue apasionando. Cada vez que encuentro un dato o un nombre nuevo me emociona no sabes cómo... diría que es la obsesión casi de una vida (carcajada) así que por supuesto que voy a seguir reuniendo historias, hasta que pueda o hasta que me dejen o hasta que me quede sin nada que leer, aunque es imposible porque siempre hay más donde seguir mirando.