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Un videojuego para estudiar la conquista de América

Tres alumnos de Historia e Ingeniería Multimedia de la Universidad de Alicante crean New World Wars, un instrumento de entretenimiento con rigor histórico que el profesor Antonio Carrasco usará en sus clases

Imagen del videojuego New World Wars, creado por tres alumnos de la UA, que se centra en la conquista de América.

Si en los años 90 el cine entró en las aulas como un instrumento pedagógico y divulgativo, este puede ser el momento de los videojuegos. Así lo cree el profesor de Historia de la Universidad de Alicante Antonio Carrasco que considera que el desconocimiento es el único motivo por el que este tipo de recursos no se ha extendido aún como elemento educativo, sobre todo en su materia. Por eso, y porque su docencia siempre ha estado vinculada al uso de nuevas tecnologías, es uno de los responsables de New World Wars, un videojuego histórico que dos de sus alumnos (Sergi Berrios y Ángel Córdoba), junto a otro de Ingeniería Multimedia (David Ramón Sevilla), han desarrollado como Trabajo Fin de Grado.

El elemento que centra su historia, con minúscula, en la Historia, con mayúscula, es la conquista del Nuevo Mundo y el conocimiento de las tres principales civilizaciones que allí se encontraron: mayas, incas y aztecas. «Es un videojuego de Historia orientado al entretenimiento, pero con rigor histórico», apunta Carrasco que hablará de este trabajo en el curso de verano de la UA, que él coordina y que comenzó ayer, Historia y videojuegos: propuestas docentes y salidas profesionales.

Precisamente este videojuego pone de manifiesto la importancia del asesoramiento de historiadores para crear este tipo de juegos, pero también su utilidad como material didáctico, «algo que no es usual en las universidades», asegura este docente que ha tutorizado el proyecto junto a los profesores Rosana Satorre y Carlos Villagrá. «Una de las asignaturas que imparto es Historia de América y pensamos que era un tema interesante y controvertido, porque hay muchas manipulaciones históricas y queríamos dar una visión rigurosa para dar a conocer las civilizaciones precolombinas más importantes».

Además, Carrasco asegura que va a utilizar este videojuego el próximo curso, «tanto en la teoría como en las clases prácticas». El juego tiene una especie de enciclopedia con contenidos divulgativo de alto rigor histórico, «que es algo novedoso porque no suelen incluir un apartado tan desarrollado, están más orientados al entretenimiento y no a la formación de los jugadores».

El videojuego se estructura en tres partes: el estudio del urbanismo de las cuatro civilizaciones, la gestión económica con los productos típicos y las unidades militares de los ejércitos. La parte de estrategia se centra en qué civilización conquista el Nuevo Mundo. Los jugadores pueden convertirse en comandantes del ejército castellano, azteca, inca o maya.

«Más que un mercado de videojuegos enfocados a la docencia, lo que hace falta es que los profesores conozcan los videojuegos que hay y los usen como fuente para enseñar la Historia».

Para Carrasco, este método es, sobre todo, «una motivación pra el alumnado». En los últimos años, destaca, «en Historia ha cambiado el perfil del alumno, no es el que quiere escuchar durante dos horas a un profesor sino que prefiere sentirse más activo; están acostumbrados a las nuevas tecnologías, a buscar información por sí mismos y quieren estar menos tiempo escuchando y ser más activos, y los videojuegos, aparte de que les entretienen, les permiten participar en las clases».

Una salida profesional y un instrumento docente

Mario Martínez Fabre y Kevin Díaz analizan el sector, en el que Assassin's Creed

Ubisoft se ha convertido en una de las empresas referentes del videojuego histórico, no solo por el bombazo de Assassin's Creed sino porque es una de las pocas que cuenta con un departamento de historiadores en plantilla. Esta es una de las ideas que ayer pusieron de manifiesto los profesores Mario Martínez Fabre y Kevin Díaz Alché en el curso de la UA Historia y videojuegos: propuestas docentes y salidas profesionales (con más de 40 alumnos de toda España) en el que analizan las posibilidades laborales de los historiadores en el sector y también su uso como herramienta educativa.

«Los alumnos lo están pidiendo porque implementar las nuevas ofertas de ficción hace las clases más amenas, como complemento, gracias al avance de la tecnología», apunta Martínez Fabre que ha realizado un trabajo de investigación sobre este tema en Canadá, uno de los países punteros en el desarrollo de este tipo de videojuegos y también en su uso pedagógico en universidades.

En el otro lado, «un historiador dentro de una empresa de videojuegos tiene el papel de ser asesor, es difícil que sea creativo y, además, no es conveniente porque hay que encontrar un equilibrio entre el rigor y el divertimento».

Para que un videojuego histórico consiga su objetivo, el profesor de la UMH afirma que debe tratar «algunos referentes históricos que la gente conozca» y luego que «el jugador encuentre los datos por sí mismo».

Kevin Díaz considera que introducir el videojuego histórico en la docencia «rompe la barrera pasiva del alumnado, que pasa a participar del hecho histórico y ese es el mayor potencial que tiene el videojuego».

En España, como en muchos países, «todavía pecamos de tener demasiadas propuestas individuales, independientes, que no reciben el apoyo que deberían de los propios centros educativos por una falta de consideración del medio simplemente», destaca Díaz.

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