Carlos Sadness es un artista todoterreno capaz de abordar con gran estilo diversos géneros musicales como el indie, el pop o el rock. A Torrevieja llega el sábado con nuevo álbum, Tropical Jesus, producido por él mismo en el que destaca un sonido electrónico algo más acentuado que en sus anteriores trabajos.
Es su cuarto álbum de estudio, lleno de atmósferas y mensajes para el buen rollo, y que el día 5 presenta en el Parque Antonio Soria dentro de la programación Música y Sal de la localidad para septiembre, que abre mañana Juan Amodeo y que el domingo acogerá a Antonio José.
«Este disco predica algo muy parecido a lo que decía Jesús, desprendido de la interpretación religiosa y pensando en él como un personaje histórico, porque posee un mensaje de amor incondicional que tuvo un punto revolucionario hace 2.000 años y lo sigue teniendo hoy», explica tras entrar en el juego de las comparaciones con el mesías bíblico. Todo empezó por una broma de un locutor colombiano y Sadness (Barcelona, 1987) aprovechó esa imagen paródica del Personal Jesus de Depeche Mode para modelar al protagonista central de su nuevo trabajo, en el que sus versos proclaman: «Hagas lo que hagas, te lo voy a perdonar».
Respecto al sonido, lo primero que se atisba es que este álbum es «menos festivalero», con cierto aire de bossa nova en su cadencia. «Venía de hacer dos discos así y me apetecía bajar revoluciones. Además, es un álbum que he trabajado mucho la producción en casa, por lo que el formato ha sido menos de banda, con más 'beats' que baterías reales; se ha ido construyendo en mi cuarto y por eso tiene algo de ese sonido cálido del 'bedroom pop' o el 'do it yourself', pero con calidad», explicó su autor recientemente a la agencia Efe.
Ese espíritu de «háztelo tú mismo» se manifiesta como suele ser habitual en sus álbumes en el diseño artístico del mismo, con un tarot ilustrado por el propio Sadness (quien se dedicaba a la publicidad antes de dar el salto a la música).
Cortes como Clorofila o Número oculto constituyen los máximos exponentes de la mayor sobriedad que se respira en este trabajo, en el que Sadness ha aspirado más bien a «generar atmósferas diferentes en cuanto a colores y texturas».
