La guerrera Mulán regresa a las pantallas con una nueva versión del clásico de Disney rodada con un reparto de carne y hueso que, sin embargo, no pisará los cines y arriesgará su éxito al streaming en una estrategia que supone un antes y un después en la industria audiovisual. Pocos habían imaginado que la batalla más complicada para la heroína y el gigante Disney sería dar con una manera de estrenar en un mundo golpeado por el coronavirus esta película que ha costado unos 250 millones de dólares (211 millones de euros), la adaptación de un clásico de animación más costosa hasta la fecha.

Mulán era la gran apuesta de la factoría de entretenimiento para esta temporada, con una vocación por el público asiático, cada vez más importante para Hollywood, y un registro ya batido: la película más cara jamás dirigida por una mujer, Niki Caro.