No es que las previsiones después del confinamiento apuntaran muy alto, pero la realidad las ha situado a la baja. Los museos alicantinos han perdido de media más del 80 por ciento de sus visitantes durante el verano, cifras similares a las de los grandes centros expositivos nacionales. La ausencia de turismo, sobre todo el extranjero, ha supuesto un duro revés para estos espacios y constituye una radiografía de lo que ha ocurrido en otros sectores.

«Los datos con clarísimos», asegura Rosa Castells, conservadora del MACA, que ha visto atravesar sus puertas entre junio y agosto a 3.801 personas, frente a las 15.114 del año pasado, es decir un 75% menos. Lo curioso de los datos, es que el descenso ha sido mucho menos acusado en los visitantes de Alicante y provincia que han sido 1.254 frente a 1.631, mientras que los extranjeros han bajado de 9.672 a 1.381.

«Era lo previsible, pero lo importante es que el museo se haya mantenido abierto» y, apunta, «es un buen momento para reflexionar y pensar que la visita a un museo es una experiencia intelectual y de disfrute emocional y estético, más allá de una oferta turística».

Castells destaca que, sin embargo, «las redes se han disparado». Las reproducciones en Youtube han subido de 3.305 a 28.139, e Instagram de 1.738 seguidores a 8.416. También han aumentado los de Facebook y Twitter.

Desde su reapertura el 9 de junio hasta el pasado 31 de agosto, el Museo Arqueológico de Alicante, buque insignia de la provincia, recibió 5.610 visitas, frente a las 50.037 en el mismo periodo de 2019, lo que supone prácticamente una disminución del 90%. Tanto es así, que la suma del público que entró durante los tres meses de verano en el MARQ, está por debajo del mes con menos visitas al museo en 2019, que fue diciembre con 7.485.

En cuanto a las visitas a la web del MARQ también bajaron un 45%, aunque creció la duración media por sesión y el número de sesiones por usuario.

Igualmente dependiente de la Diputación, el Museo de Bellas Artes Gravina recibió 1.349 visitas en julio y agosto, aunque no se puede comparar con el verano pasado porque estaba cerrado.

En cuanto a los yacimientos de Lucentum en Alicante y l'Illeta del Banyets de El Campello, igualmente de la institución provincial, han visto disminuir su público de una manera menos brusca, ya que la bajada no llega al 50%, desde su reapertura el 15 de julio hasta el 31 de agosto. En Lucentum fue de 1.133 a 663 y en l'Illeta, de 2.153 a 1.430.

Estas cifras, según la diputada de Cultura, Julia Parra, «reflejan la situación del periodo postcovid y son muy positivas en las circunstancias actuales», teniendo en cuenta «que se han cumplido estrictamente las medidas de seguridad».

El Museo The Ocean Race registró un 75% menos de público desde el 16 de junio al 31 de agosto, respecto a 2019. Pasó de 13.052 visitantes a 3.249, una reducción con más incidencia en el público extranjero que en el nacional.

«Ahora la tendencia sigue igual, además empezamos la semana que viene el horario de invierno y volveremos a bajar de visitantes, como es habitual», afirma Elena Garrigós, gerente de este museo. «Llevábamos unos años creciendo, desde que se abrió hace 8 años, por supuesto con picos al alza cuando hay regata, pero esto ha sido un freno».

Ahora, la duda está en cómo van a reaccionar los colegios a la hora de planificar las visitas escolares, que son un activo importante para el museo. «No sabemos cómo se van a desarrollar las visitas y cómo van a reaccionar los colegios, dependerá de la gestión de cada centro».

Para el Museo de la Universidad de Alicante, el parón ha sido más significativo aún. Al hecho de que en agosto cierra el Campus, se unió que durante el mes de junio tampoco abrió por las circunstancias de la pandemia. Las visitas en julio, que se realizaron con cita previa, fueron tan solo 64, frente a las 1.806 de 2019.

Sin embargo, estas cifras no se reflejan de igual manera en los redes del MUA, ya que las visitas á las exposiciones virtuales fueron 1.300 y en Instagram pasó de 700 a 1.032 seguidores.