El argentino Pablo Agüero echa por tierra el mito de las brujas que ha llegado hasta nuestros días -mujeres feas, locas o endiabladas que hacían pócimas- en Akelarre, un drama histórico que transcurre en el País Vasco en 1609 y que busca proponer una lectura feminista y libre de clichés de las cazas de brujas.

Protagonizada por Amaia Aberasturi y Alex Brendemhül, la película acaba de pasar por la sección oficial del festival de cine de San Sebastián y se inspira en el libro Tratado de la inconstancia de los malos ángeles y demonios, del juez francés Pierre de Lancre.