El Auto Sacramental Invisible de José Val del Omar se ha convertido en el guion «a partir» del cual Niño de Elche y el Museo Reina Sofía proponen meterse de lleno en la modernidad de esta composición que interroga de manera «crítica» sobre las guerras, el pecado original o la tecnología. Así presentó ayer Francisco Contreras (Niño de Elche) esta propuesta que se podrá visitar en el Museo Reina Sofía del 7 de octubre al 26 de abril de 2021. Un homenaje o rescate de esta obra de arte sonoro que guarda el museo y que el artista granadino empezó a componer en el año 1949 a modo de instalación sonora.

«Cuando llegó a mi conocimiento, por parte de los herederos del archivo valdelomariano, que, en colaboración con el Museo Reina Sofía, habían digitalizado el sonido de la mayoría de sus cintas y bobinas, mi interés recayó en la posibilidad de realizar un trabajo discográfico cuya base conceptual estuviera constituida por todo ese almacén de sonidos y, desde ahí, conectar la figura de José Val del Omar y todo su legado sonoro con las prácticas musicales y artísticas de nuestro tiempo», asegura el artista. Y eso lo hizo «a partir de su obra inconclusa Auto Sacramental Invisible. El mensaje de Granada».

Instalación de Niño de Elche en el Reina Sofía Joaquín Cortés/Román Lores

El resultado se divide en dos espacios. El primero es una contextualización y documental alrededor de la creación del Auto Sacramental por parte de Val del Omar -autor al que Niño de Elche empezó a acercarse en 2014-, de la que se ha encargado el arquitecto Lluís Alexandre. En ella, se pueden ver dos páginas de uno de los cuatro guiones que hizo el artista con notas y apuntes a mano para explicar cómo había que articular la voz para conseguir la tonalidad.

Un elaborado guion que distribuye el sonido (voces, músicas, ruidos diversos) a través de más de una decena de altavoces que, según explica el artista ilicitano, ha convertido en lámparas votivas junto con el arquitecto Lluís Casanovas desde donde sale la composición realizada para la ocasión. «A partir de ahí y ciñéndonos a este espacio del Reina hemos intentado contaminar y habitar ese espacio». Lo ha hecho con una composición de 40 minutos de duración en la que el «quejío», las voces o la música de Sinatra se van sucediendo a la vez que esas lámparas se encienden y apagan con un ritmo que acoge y hace temblar. «Sinatra -añade Niño de Elche- puede representar esta cosa de la modernidad, qué supone el capitalismo en nuestras vidas, pero es una referencia más, como la referencia que hay a Madrid. Todo eso me ha servido para seguir reflexionando, siempre a partir de la concepción sonora de Val del Omar».

Niño de Elche, en la exposición del Reina Sofía Joaquín Cortés/Román Lores

Al entrar en la instalación, apunta Alexandre, el visitante «descubrirá una estructura alámbrica colonizada por marañas de cables, focos y bombillas empalmados con regletas y enchufes». De esta estructura cuelgan un total de 15 altavoces (en los guiones originales son 12), cuyos pabellones se precipitan sobre el visitante.

Con este trabajo, Niño de Elche se ha «desplazado a otro territorio» y por eso ya no es «el mismo» que cuando en septiembre empezó a escuchar el archivo sonoro de Val del Omar, propiedad del museo. «Ahí reside la concepción radical de lo que supone cantar, el seguir desplazándote, cambiando, reinventándote, superar prejucios, miedos, ahí es donde para mi un trabajo tiene sentido», matiza el cantaor.

«Pensar el lugar que uno ocupa o debe ocupar en un espacio museístico bajo la definición de músico es tarea difícil, ya que los referentes musicales que habitualmente se han relacionado con los diferentes espacios enmarcados dentro del arte contemporáneo son escasos y, en el caso de que los hubiere, la mayoría están condicionados por la concepción estética de la militante etiqueta del arte sonoro».

Imagen de parte de la instalación / Joaquín Cortés/Román Lores

Por su parte, el director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, destacó que apostar por Niño de Elche se debe que «es alguien que está trabajando en diversas disciplinas», un artista «gamberro y atrevido». «La pieza se quedará en la colección del museo y eso implica que en una época covid estamos pensando en cómo serán los museos en el futuro, un cambio de proceso de producción cultural que ya no se trata tanto de traer y mover cosas, cajas y aviones, sino de promover la investigación, la Historia, cambiar formas de producción cultural, que es más económico y sostenible».