El vértigo en el vacío que supone pensar en el más allá, en la existencia después de la muerte, que Asun Noales puso sobre el escenario con el título de Vigor mortis, consiguió ayer tres premios de las Artes Escénicas Valencianas, en la gala celebrada en el Teatro Principal de Castellón. Noales se alzó con el de mejor bailarina; su compañero en el escenario, Carlos Fernández, el de mejor bailarín, y Luis Crespo, el de mejor escenografía.

Con estos tres galardones, Vigor mortis de OtraDanza se convertía en uno de los espectáculos triunfadores de la noche, con los mismos reconocimientos que Âtman, el comiat, de Ananda Dansa, que se situaron tras Dinamarca, producción del Institut Valencià de Cultura, que se alzó con cinco premios.

Acampada, de la compañía El Pont Flotant, fue elegido como mejor espectáculo de teatro; Âtman, el comiat, de danza; La vaca que riu, de la Cía. Patricia Pardo, de circo; Maletes de terra, de Visitants, de calle; y , de Maduixa, el infantil.

En el caso de Dinamarca, ganó los premios de mejor actriz para Rebeca Valls; mejor dirección escénica y mejor iluminación para Carles Alfaro; mejor texto para los hermanos Rodof y Josep Lluís Sirera y mejor vestuario para Pascual Peris.

En el caso de la coproducción de Ananda Danza con Les Arts, Âtman, el comiat, Rosángeles Valls se llevó el galardón a la mejor coreografía, y Pep Llopis fue reconocido por la mejor composición musical, además del premio al mejor espectáculo de danza antes citado.

En la categoría de mejor actor, se llevó el galardón Josep Maria Casany por L’electe, una producción de l’Horta Teatre. El premio a mejor artista de circo se entregó ex aequo a Marisa Ibánez por su trabajo en Sophie, de La Troupe Malabó, y Marilen Robot, por el trabajo en Save the temazo, del Col·lectiu Frenètic.

Víctor Sánchez Rodríguez obtuvo el galardón a la mejor versión, traducción o adaptación por What is love? Baby don’t hurt me, de Wichita CO & A+ Solucionas Culturales.

Vigor Mortis, con dirección de Asun Noales y Rulo Pardo, contaba también con la nominación a mejor iluminación, tarea que firma el alicantino Juanjo Llorens, y a mejor vestuario, diseñado por Luis Crespo. Este espectáculo, con coreografía de la propia Noales, se estrenó el 23 de enero en el Teatro Circo de Murcia.

«Es una especie de despedida antes de marcharnos, una metáfora de la muerte, de la última partida», aseguraba la bailarina antes del estreno. «Hablamos de desahucios, de lo que ocurre cuando te haces mayor y lo nuevo arrasa con lo anterior sin valorar la experiencia».

La entrega de estos premios, en 18 categorías, se celebró este año en Castellón, con las artes de calle como hilo conductor de la ceremonia y con la presentación de Pepa Cases y la música del beatboxer Kike Gasu.

Al acto, organizado por la Conselleria de Educación a través del IVC, asistieron el conseller de Educación, Cultura y Deporte, Vicent Marzà; la secretaria autonómica de Cultura y Deporte, Raquel Tamarit, y representantes de diferentes instituciones valencianas.

Inquieta y observadora

Tamarit fue la encargada de entregar el Premio de Honor de Cultura de la Generalitat a la actriz Teresa Lozano. «Este reconocimiento es por una trayectoria profesional de primer nivel, inquieta y observadora, que aprendió a su padre, pintor, la emoción de la obra artística, y de su madre, la necesidad de formarse y la importancia de la disciplina», aseguró la secretaria autonómica de Cultura. «Es también para una mujer que ha trabajado por la dignificación del trabajo actoral y fue la primera presidenta de la Asociación de Actores y Actrices Profesionales Valencianos». Este galardón lo recogió en nombre de la actriz valenciana el director y escritor Jaume Policarpo.

En estos premios hubo 54 nominaciones en total, 3 por cada categoría. Hubo 3 nominados en diferentes categorías de las comarcas de Castellón, 7 de las comarcas de Alicante y 44 de las comarcas de València.