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Un vínculo de más de tres siglos

El Instituto Gil-Albert dedica el próximo número de la revista Canelobre al arraigo de la guitarra en Alicante, desde su presencia en el Misteri d’Elx hasta el legado de grandes guitarristas o la referencia en el magisterio de este instrumento

Andrés Segovia con José Tomás y José Luís González

Más de tres años de trabajo ha llevado la elaboración del próximo número de la revista Canelobre, La guitarra y Alicante. Una historia de futuro, que se presenta el viernes a las 20 horas en el Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) con un recital de Paola Requena e Isabel Martínez. La entrada es por invitación, que debe reservarse en el Instituto Gil-Albert.

Coordinado por el guitarrista Ignacio Rodes, también director académico del Máster en Interpretación de Guitarra Clásica de la Universidad de Alicante, el volumen cuenta con 32 artículos distribuidos a lo largo de casi 400 páginas, que muestran «el rico patrimonio musical y la estrecha relación que la provincia de Alicante mantiene con la guitarra desde hace más de tres siglos», como apunta Rodes, que considera que con este número -el 71 en la historia de Canelobre- se acerca al público el peso de este instrumento en la provincia, desconocido para muchos.

«A veces he percibido que el alicantino medio no era muy consciente de este acervo cultural tan importante. Al principio me pareció una empresa demasiado grande pero el resultado es excepcional, ha valido la pena hacer esta publicación, que quedará para el futuro e interesará tanto al guitarrista como al aficionado o a cualquier lego en la materia», expone el coordinador, que no duda en afirmar que la guitarra, y los instrumentos de cuerda pulsada en general o las orquestas de pulso y púa (como La Wagneriana), tienen un lugar preferente en nuestro entorno sociocultural, tanto en su vertiente culta como popular.

Aunque es en el siglo XIX cuando este instrumento brilla en la provincia, en Canelobre se explican algunos antecedentes, como su presencia en la fiesta del Misteri d’Elx, con documentos del siglo XVII y principios del XVIII que muestran la pertenencia de la guitarra o vihuela a su capilla de música; o su inclusión en composiciones de cámara del guitarrista alicantino Antonio Ximénez Brufal, músico de la capilla de la Colegiata de San Nicolás, en el siglo XVIII; o la existencia en dicho siglo de los primeros constructores de guitarras y vihuelas en Orihuela, Francisco Martínez y Antonio Hernández.

Ya en el siglo XIX, el también oriolano Trinidad Huerta, conocido como «el Paganini de la guitarra», es uno de los más destacados guitarristas de su tiempo -como recuerda en un artículo Javier Suárez-Pajares, de la Universidad Complutense de Madrid-, mientras Francisco Tárrega, casado con la noveldense María Josefa Rizo, desarrolló una importante labor concertística y pedagógica en la provincia, con discípulos alicantinos como Rafael Pérez Vilaplana, VicenteMoya Valor o Elvira Mingot, hija de Francisco Mingot, breve alcalde de Alicante en 1874, que gracias a la mediación de Tárrega adquirió para su hija una de las míticas guitarras de Antonio de Torres: La Leona.

José Tomás y José Luis González , discípulos de Andrés Segovia, situaron Alicante en un lugar privilegiado para la enseñanza de la guitarra durante las décadas de 1970 y 1980, que ha continuado hasta nuestros días con la introducción en 2013 del Máster de Interpretación de Guitarra, en plena efervescencia, por cuyas ocho ediciones han pasado ya 120 alumnos de 40 países y entre el profesorado se encuentran algunos de los mejores guitarristas del mundo.

De la flamenca a la eléctrica

Para explicar la presencia de la guitarra en otros géneros musicales destacan artículos del músico Luis Ivars sobre la llegada de las primeras guitarras eléctricas en los años 60 a Alicante y su introducción en el pop-rock alicantino; la especial atención a la guitarra flamenca con Mario Escudero, el Niño de Alicante, una de las mayores influencias de Paco de Lucía, rescatado por Ignacio Ramos; o la importancia de los instrumentos de cuerda pulsada en las populares habaneras de Torrevieja, en un artículo de Aurelio Martínez.

El número de Canelobre también extiende la mirada a otros aspectos transversales de la guitarra como las referencias en la literatura española, desde los poemas del Mester de Clerecía hasta los versos de Lorca o Félix Grande, de lo que dan cuenta Ángel Luis Prieto de Paula y Elisa Prieto Conca; de su presencia en el arte, en un artículo escrito por José Luis Martínez Meseguer; en las marcas de la Unión Europea, por Virgina Melgar, o en la la industria juguetera, por Josep Gisbert.

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