Guardamar, tierra fronteriza entre dos reinos hacia 1360. Luchan ejércitos de dos Pedros, el de Castilla y el de Aragón, por ampliar territorios. Se asedia el castillo, pieza clave de la defensa de la antigua Gobernación de Orihuela, en manos aragonesas. Guardamar, siete siglos después, la historia se abre un hueco en el tiempo y enseña un cadáver al pie de la fortaleza, presumiblemente ajusticiado. Todo un desafío para los arqueólogos.

Las pruebas realizadas al esqueleto hallado en las excavaciones ligadas a la rehabilitación del Castillo de Guardamar -realizadas en 2019- han desvelado que se trataba de un hombre que vivió en el siglo XIV y que murió de forma violenta por heridas de arma blanca. Después su cuerpo fue arrojado a una fosa sin más contemplaciones. Y allí quedó. Hasta hoy. En una postura que nos habla de violencia.

Los expertos aventuran que pudo perder la vida en uno de los episodios que el largo conflicto entre Pedro IV de Aragón y Pedro I de Castilla tuvo lugar en Guardamar y en su fortaleza, uno de sus escenarios principales en tierras alicantinas. Las pruebas de datación por Carbono-14 realizadas posteriormente han desvelado que se trata de los restos de un hombre que falleció por muerte violenta hacia la segunda mitad del siglo XIV, periodo en el que se desarrolló el conflicto bélico castellano-aragonés en la llamada Guerra de los Dos Pedros, entre 1356-1369.

El Ayuntamiento explicó ayer que en la intervención arqueológica llevada a cabo en la muralla de poniente del Castillo se exhumaron los restos de este hombre que había sido arrojado a una fosa. Su estudio, todavía en proceso, demuestra que «documenta múltiples marcas de heridas ocasionadas con arma blanca». Se abren, agrega el municipio, volcado en la recuperación de su patrimonio histórico, «interesantes caminos de investigación para este ajusticiado, que podría corresponder a un personaje relevante relacionado con este conflicto» o, por qué no, a una de esas operaciones de desgaste y asedio habituales en aquella guerra. Guardamar, frontera frente al territorio castellano de Murcia, era clave en la defensa de la Corona de Aragón. El sur de la actual provincia de Alicante, tras décadas de conflicto, pasó definitivamente a manos de Aragón y Murcia a Castilla.

Castillo de Guardamar del Segura, ya reforzado y rehabilitado. | TONY SEVILLA