«Mi padre me cortó las uñas detrás de una puerta para que saliera cantaor». Y salió. Durante una parte importante de su vida. Así empieza Niño de Elche (1985) In memoriam. Posesiones de un exflamenco, un conjunto de retazos, recuerdos y sensaciones que van tejiendo la tela de araña flamenca por la que transita este artista inclasificable enfrentado a los límites.

«En ese desprendimiento de la coraza se puede encontrar la razón de la liberación a través del cantar». Del cantar y también del escuchar. Dice Paco Contreras (Niño de Elche) que no es bueno para el recuerdo ni para las fechas, pero sí para evocar su propia vida a través de la música. Por eso, en este libro, una especie de memorias poco ortodoxas que sale la próxima semana, los recuerdos llegaron mientras oía la banda sonora de su infancia y su juventud. De Camarón a Mairena, pasando por Juan Valderrama o El Paquiro. Eso con 12 años. «Para recuperar los recuerdos escuchaba los discos de flamenco que oía cuando era niño y a partir de ahí me venían algunas posesiones, algunas evocaciones».

Las rumbas de Parrita o de Los Chunguitos, así como las bulerías de Camarón «fueron las huellas musicales que seguí para encontrar el cauce y la causa de mi cante», escribe en uno de los 40 pequeños capítulos de los que consta el libro. «Por eso las primeras entonaciones fueron clandestinas. Los primeros en darse cuenta de que la voz de aquel chiquillo pertenecía a otro tiempo fueron mi hermano mayor Aladino y mi amigo Virgilio. Mi padre, al igual que la mayoría de los flamencos de la actualidad, durante años siguió pensando que tocaba mejor que cantaba».

En la imagen que primero le llega a la memoria y a la emoción aparece con una guitarra a los 8 años. «Mi primer recuerdo es cuando me compraron mi primera guitarra; antes tengo alguna imagen de cuando cantaba en las fiestas familiares».

Niño de Elche se enfrenta cara a cara con las visiones del niño que quería cantar de otra forma, en capítulos muy cortos, que en realidad son historias, «abordadas desde la forma de entender la memoria como pequeñas posesiones, que no sabes de dónde vienen ni por qué, pero están ahí y te invaden durante un minuto o dos».

La primera intención fue construir una autobiografía flamenca, «pero fue imposible». Encorsetar la creatividad de alguien que canta, compone, actúa y crea arte resultaba tan complicado como controlar esa voz que ha ido marcando un camino muy particular. «Ya no soy cantaor de flamenco, soy un exflamenco», categoría que, asegura, perdió con, VaconBacon, espectáculo realizado en homenaje al pintor Francis Bacon, que estrenó en Elche en 2011. «A ese texto le llamo mi último recital; ahí es cuando cambio estéticamente de forma radical en el escenario».

In memoriam ha puesto a Niño de Elche en paz consigo mismo. «Yo me echaba en cara que en mi vida había perdido mucho el tiempo, que no tenía nada relevante que contar. Pero hablando con el escritor Ramón Andrés me dijo que muchas veces lo que tú crees que ha sido perder el tiempo es parte esencial de tu persona, así que me di cuenta de que es una reconciliación con esa forma de atender a mi vida pasada, pero también es una especie, no de ajuste de cuentas, pero sí de tomar conciencia de que si esos recuerdos están ahí es porque son importantes». Y avisa de que prepara una playlist con la banda sonora del libro.

Portada del libro In memoriam. Posesiones de un exflamenco y del disco sobre Val del Omar.

Portada del libro In memoriam. Posesiones de un exflamenco y del disco sobre Val del Omar.

Nuevo disco y tema con Tangana

Mientras espera para salir a escena en los Teatros del Canal con Angelica Liddell en Una costilla sobre la mesa: Madre, Niño de Elche acaba de recibir su nuevo disco que verá la luz el 11 de diciembre. La distancia entre el barro y la electrónica. Siete diferencias valdelomarianas dice mucho de su capacidad para crear títulos que definen la esencia de su trabajo.

En este caso, un disco en edición limitada, exclusivamente en formato físico con doble vinilo. En esos surcos, el artista ha recogido su particular visión del archivo sonoro de Val del Omar que se encuentra en el Museo Reina Sofía, donde muestra también una instalación sonora en torno a este compositor hasta el próximo mes de abril. «Estoy muy contento con el resultado, es muy diferente a lo que se puede ver y escuchar en el Reina Sofía».

Como también se escucha, y mucho, el nuevo trabajo de C Tangana, Tú me dejaste de querer, en el que Niño de Elche ha colaborado. Cerca de 2 millones de reproducciones en spotify en solo 24 horas. «Con Tangana el éxito casi siempre es seguro de una forma u otra, pero no me lo esperaba. Yo no estoy acostumbrado a estas cosas... mi música no es así y mi perfil no es ese».

Niño de Elche muda la piel