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Mantener la memoria

La proyección del teatro valenciano en esta lengua tiene un ejemplo más con la compañía L’Horta Teatre y la comedia «Família normal», de Nuria Vizcarro

Família normal obra del Teatre Arniches de Alicante

Família normal

Teatre Arniches de Alicante

De Nuria Vizcarro.

Compañía: L’Horta Teatre.

Dirección: Pau Fons

La proyección del teatro valenciano en esta lengua tiene un ejemplo más con la compañía L’Horta Teatre y la comedia «Família normal», de Nuria Vizcarro. Dirigida por Pau Pons e interpretada por Verónica Andrés, Rosanna Espinós y Laura Pellicer, todo un conjunto femenino y personajes de mujer que corresponden a tres generaciones.

Una madre, la tía y la hija. Choques de intereses o los conflictos generacionales y particulares en esta casa familiar de pueblo, donde habita la memoria como patrimonio y herencia, se unen a una reflexión que pretende mantener la identidad, individual y colectiva, junto al devenir del tiempo. El valor sentimental de algunos objetos, ropas o discos de vinilo y los recuerdos componen el pasado, el presente y un horizonte de futuro más allá de la superficialidad de la vida y de las cosas. Verónica Andrés, como madre, interactúa con el público y dirige sus observaciones en determinados instantes, lo que refuerza el concepto de teatralidad y reduce el diseño realista, aunque la puesta en escena circule por esa dirección. Rosanna Espinós tiene un brillo natural que pone al servicio de la dicharachera tía, y la más joven, Laura Pellicer, se esfuerza en los pasajes dirigidos por Pau Pons. Un transcurso teatral que no consigue todo el vuelo que tiene la costumbrista e interesante idea. Así se ha visto, en el Teatre Arniches de Alicante, a esta normal familia al igual que tantos otros núcleos familiares. El «ejercicio de estilo», que quiere plantear la dramaturga castellonense, no se manifiesta con exactitud en el carácter de cada una con sus formas, ni en las situaciones que buscan sorprender a los espectadores con estas inseguras, recias o tiernas mujeres y su coloquial lenguaje de agridulce sabor. Ni teatro alternativo ni comercial exactamente, como muchas otras producciones. Y no despierta grandes estímulos al margen de la buena teoría. ¿Vender o no perder el legado? Ese es el dilema. El sostenimiento de la tradición, por parte de los más jóvenes, en un terreno de responsabilidad y tolerancia.

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