Manuel Peláez Castillo (Cádiz, 1937 – Alicante, 2014) fue uno de los empresarios más relevantes de la Comunidad Valenciana. Fundador de ECISA, un grupo constructor con presencia internacional en cuatro continentes, participó durante toda su vida de manera activa en colectivos tanto de índole social como empresarial.
Bajo el absoluto convencimiento de que la estructura de empresa familiar es garantía de progreso en un país como España y habiendo sido un firme defensor del asociacionismo empresarial, Manuel Peláez no solo buscó el éxito de su compañía, sino que luchó por los derechos de todas las pequeñas y medianas empresas de la Comunidad Valenciana en un tiempo donde no había voz para ellas. Emprendedor nato y adelantado a su tiempo, su trayectoria, éxitos y objetivos vitales ahora se ven reflejados en el libro «Manuel Peláez Castillo: Los empresarios familiares en España», cuyo autor, Javier Vidal Olivares, catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Alicante ha presentado esta semana en un programa especial de INFORMACIÓN TV.
Junto a él, Carmen Robles Pariente, esposa del empresario y presidenta de la Fundación Manuel Peláez Castillo; Manuel Palomar, rector de la Universidad de Alicante y Maite Antón, presidenta de la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante (AEFA) formaron una mesa redonda de homenaje a una de las figuras más relevantes del mundo empresarial alicantino.
Comprometido con la sociedad
En el ámbito profesional, su espíritu emprendedor y su trabajo constante le llevaron a convertirse en un referente dentro del mundo empresarial y a formar parte de diferentes instituciones.
Fue presidente de la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante; del Club de Alta Dirección Empresarial, de FUNDESEM y de la Asociación de Empresarios de la Construcción y obras Públicas de Alicante. Desempeñó la vicepresidencia de SEOPAN y del Club de Inversores de Alicante y formó parte del Comité Económico y Social de la Comunidad Valenciana, del Instituto de la Empresa Familiar y de la Asociación Valenciana de Empresarios.
Además, desde sus inicios en el mundo empresarial, Peláez se comprometió con la sociedad desarrollando numerosas acciones de responsabilidad social. Ayudar a los colectivos más desfavorecidos, potenciar la cultura, la investigación o la conservación del patrimonio han sido siempre los objetivos de este empresario que en 2004 decidió crear la Fundación que lleva su nombre.
En esta vertiente, el empresario fue presidente de Proyecto Hombre en Alicante, de la Comisión de Integración de la Discapacitados de Coepa y patrono fundador de la Fundación Iglesia de Santa María. Del mismo modo, formó parte del Consejo Social de la Universidad de Alicante y ostentó el cargo de vicepresidente de la Asociación Valenciana de Empresarios Solidarios.
«Manuel Peláez trabajó para las empresas y la sociedad civil, donde se movía como pez en el agua»
A la hora de escribir el libro biográfico, su autor confiesa que se marcó tres objetivos: construir la biografía de Manuel Peláez como empresario, reflejar el fondo de lo que fue el emprendimiento y el proceso de construcción de su proyecto en la época y analizar el impacto del turismo y crecimiento demográfico en la provincia desde finales de los años 60.
«Además, he querido poner en valor el protagonismo que adquirió como empresario durante un hecho tan crucial en nuestra historia como fue la transición política española, con un rol de liderazgo empresarial y defendiendo a capa y espada el asociacionismo, la importancia de que las empresas trabajaran en la misma dirección en un momento donde los modelos anteriores dejaban de funcionar».
Defensor a ultranza del asociacionismo, lideró iniciativas encaminadas a beneficiar al conjunto de la sociedad
Este aspecto, destaca Javier Olivares, es de suma relevancia para entender la personalidad de Peláez. «Siempre se ha dicho que en España los empresarios son muy individualistas, pero todo lo contrario». En 1973 Manuel Peláez se presentó a SEOPAN, el gran lobby de empresas constructoras españolas antes de la transición, para pedir humildemente que recibieran como asociada a ECISA y lo consiguió.
«Siempre tuvo en mente la responsabilidad social, y en cuanto se jubiló creó la Fundación»
A finales de los 80 puso en marcha el Club de Inversores de la Provincia de Alicante para generar tejido productivo a través de la innovación. Y en 1994 Manuel gestó la idea de crear la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante, lo que hoy se ha convertido en una más que consolidada AEFA.
La empresa familiar
«Manuel Peláez fue un enamorado de la empresa familiar, creía en ella muchísimo», así lo destacaban Maite Antón y Carmen Robles, esposa del empresario. «Desde muy joven se dio cuenta de la gran fortaleza que suponía en la economía y la sociedad», continuaba la presidenta de AEFA, «siempre hablaba del arraigo al territorio, de mantener el empleo a toda costa, de crear unas mejores condiciones de vida para los empleados, de la sucesión dentro de las empresas familiares…» . Una defensa más que justificada, teniendo en cuenta que el 92% de las empresas de nuestra provincia son familiares, que generan más del 85% del empleo privado y que suponen casi el 75% del PIB de Alicante.
Con estos ideales, no es de extrañar que poco después de que se fundara el Instituto de la Empresa Familiar (IEF) el empresario viajara a Barcelona con el objetivo de formar parte de una organización que aúna a las 100 empresas familiares más importantes de España.
«Entendió como nadie la relación Universidad-Empresa y la transferencia de conocimiento»
«Creía tanto en sí mismo y en su empresa que, a pesar de ser pequeña en comparación con los «gigantes» del IEF, consiguió convencerles», señalaba Maite Antón. Pero no solo eso, desde dentro también luchó por la capilaridad, por la importancia de trasladar una agrupación como IEF a todo el territorio español. Y así, fruto de la iniciativa de treinta y dos empresarios liderados por Manuel Peláez, nació en 1995 AEFA.
Transferencia de conocimiento
Durante toda su trayectoria empresarial Manuel Peláez tuvo una vinculación muy estrecha con la Universidad de Alicante. «Entendió como nadie la transferencia de conocimiento, que la formación es fundamental para empresarios y trabajadores, y que la investigación, la extensión universitaria y el mecenazgo aportan un valor incalculable al mundo empresarial», afirmaba Manuel Palomar, rector de la UA, durante la presentación del libro.
Las relaciones de Manuel Peláez con la Escuela Politécnica Superior de la UA eran muy estrechas. Visitaba casi semanalmente la Universidad para seguir los proyectos de investigación, que quería conocer desde el desarrollo tecnológico. «La UA debe estarle muy agradecida. Entendió que la universidad es un sector público que tiene que acercarse a la iniciativa privada».
«Una de las frases favoritas de Manuel Peláez era: Estamos aquí para servir, no para servirnos»
La figura del empresario en la UA está presente en laboratorios y salas de la Escuela Politécnica, gracias a la financiación de ECISA y la Fundación Manuel Peláez, así como en la rehabilitación de la escultura «Dibuixar l’espai», más conocida como la «mano», -el emblema de la Universidad- . Además, la institución educativa cuenta con la Cátedra Manuel Peláez Castillo de la Empresa Familiar, que constituye el principal foro de formación e investigación de la empresa familiar.
Reconocimientos
Una vida entera dedicada a la empresa, la sociedad y su ciudad adoptiva, Alicante, hicieron que el empresario recibiera diferentes galardones de reconocimiento. La Universidad de Alicante le otorgó su Medalla de Oro en el año 2009 y el Premio Maisonnave en 2013 por su apoyo en defensa de los valores cívicos y su mecenazgo a favor de la promoción de la educación y la cultura. La Diputación Provincial de Alicante lo nombró Alicantino de Adopción Honorífico en 2008. Ese mismo año, JOVEMPA le otorgó su premio a la trayectoria empresarial. Ya a título póstumo, el Consell le otorgó la Alta Distinción de la Generalitat Valenciana por su compromiso con el porvenir del pueblo valenciano.
A finales de los 80 puso en marcha el Club de Inversores y en los 90 gestó la Asociación de la Empresa Familiar
Carmen Robles Pariente hizo hincapié durante todo el encuentro en la gran capacidad humana de su marido, en su personalidad tenaz y en su interés por adelantarse a las necesidades de la sociedad y ser capaz de transmitirlas, entre otras anécdotas que permitían conocer mejor la personalidad del empresario.
«Manuel Peláez Castillo: Los empresarios familiares en España» es un libro que «engancha», en palabras de Maite Antón «no solamente retrata su persona y la manera que gestó su proyecto empresarial, sino que nos sirve para saber cómo ha ido cambiando la sociedad, la economía y la política durante este tiempo, por lo que muchas personas de distintas generaciones se van a sentir identificadas y reflejadas».
