Durante unas semanas, se ha convertido en un agricultor que habita un humedal y debe afrontar la contradicción de proteger el medio ambiente que le sustenta o seguir con su forma de vida aunque eso destruya la naturaleza. El «enemigo» de esta comunidad será un prestigioso biólogo que se traslada a esa zona con su mujer y se plantea como reto invertir esa degradación. El primer personaje lo asume el actor alicantino Toni Misó (Alcoy, 1962); el segundo, Raúl Arévalo, y el tercero, Paz Vega. Y lo hacen en El lodo, segundo largometraje de Iñaki Sánchez Arrieta, que se lanzó a la dirección en 2019 con Zero.

Bajo ese sustrato ecologista se asoma un thriller que transcurre en una localidad del levante español, donde otro de sus protagonistas es la Laguna Blanca, que en realidad es la Albufera de València. Allí se rodó entre el 19 de octubre y el 22 de noviembre esta película, en la que Misó asume un papel secundario, pero bastante presente en la cinta.

Con mascarilla, medidas de seguridad y pruebas PCR semanales, el reparto de El lodo, que protagonizan también Roberto Álamo, Susi Sánchez y Joaquín Climent, se volcó de lleno en esta producción que se presentó en el Festival de Cine de San Sebastián. «El rodaje se ha hecho en plena segunda ola de la pandemia y acabé muerto; nunca sabías si ibas a poder rodar o no por si dabas positivo; nos hacían una prueba semanal a todo el equipo, incluso si hacías un viaje a Madrid u otro sitio, aunque hubiera pasado uno o dos días, te la volvían a hacer».

Misó, que durante años formó parte de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, asegura que la experiencia «artística y personal» ante esta situación ha sido inolvidable, «aunque como el rodaje ha sido en espacios abiertos tampoco hemos tenido sensación de peligro, a mí me han tocado todas las escenas al aire libre, en la Albufera, en el agua, con barcas o en las plantaciones de arroz».

El actor alicantino Toni Misó, en el rodaje de El lodo. | VÉRTICE

El trabajo ha sido «duro» porque «yo he tenido secuencias con rodajes nocturnos, días en barca, lluvias que impidieron la posibilidad de continuar porque se había anegado la Albufera... y suerte que en general nos ha hecho más o menos buen tiempo».

Misó es uno de los habitantes de la Laguna Blanca, «un agricultor que además caza y en estos sitios la caza puede ser ilegal». En su papel se enfrenta a Ricardo, el biólogo que viene a cambiarlo todo, «porque quiero que todo siga igual; no es fácil porque la decisión está entre cargarnos el medio ambiente o morirnos de hambre. En el fondo ese es el dilema porque no vamos a poder seguir como estábamos; si se destruye nuestro entorno, no podremos vivir, pero no podemos cambiar nuestras costumbres. Es la contradicción en la que vivimos hoy», apunta el actor.

En El lodo, cuyo guion ha llevado a Sánchez Arrieta seis años, «hay como dos historias». «Por un lado está la de la relación de la pareja que forman Raúl Arévalo y Paz Vega con los habitantes de la zona y, por otro, la que viven ellos como matrimonio».

Ambos actores, que comparten película por primera vez, dan vida a esta pareja que se traslada a la Laguna Blanca cuando a Ricardo se le presenta la oportunidad de regresar tras una etapa en el extranjero y volver a su lugar de origen para proteger el paraje natural en el que vivió cuando era niño. En ese momento, los arrozales se ven arrasados por una fuerte sequía.

El biólogo tendrá que poner en marcha una serie de medidas que le enfrentan de forma radical a los habitantes de la zona, que ven peligrar su forma de vida y de subsistencia. Al mismo tiempo, tendrá que afrontar su crisis personal de pareja.

Toni Misó, que espera que para primavera del próximo año se pueda estrenar la película, ha rodado también durante la pandemia un par de capítulos de la serie Cuéntame, donde hace de policía, y ha continuado con la representación de la obra de teatro 9, basada en 12 hombres sin piedad, y Diktat.