Las salas de cine viven su peor año. Al cierre ordenado entre marzo y junio se sumó después la escasez de estrenos con los que remontar en verano y, ahora, la prórroga de las últimas restricciones sanitarias hasta el 15 de enero, decretada el pasado sábado por la Generalitat, que significa que deberán continuar con un aforo del 50% y sin poder vender bebidas y alimentos por la prohibición de su consumo en el interior.

El servicio de refrescos y palomitas supone casi la mitad de los beneficios de venta de los cines, indica Javier Caparrós, gerente de los cines Kinépolis de Alicante, que habla en nombre del resto de cines locales, preocupados con esta restricción que se aplica desde que comenzó noviembre. Con la pandemia, los cines vienen facturando solo un 20% de los ingresos habituales en circunstancias normales, pero en noviembre apenas alcanzó un 10%.

«Si ya viene menos gente en esta situación, ahora muchos clientes dejan directamente de acudir si no pueden ni siquiera beber agua, porque las palomitas y la bebida es algo intrínseco al cine», apunta Caparrós, que recuerda que en los cines no se ha registrado ningún contagio por coronavirus desde su apertura, «según los propios datos del Ministerio de Sanidad, ni en España ni en Europa».

Un empleado en una sala de los cines Aana de Sant Joan. | MANUEL R. SALA

La decisión ha molestado sobremanera a los exhibidores, que confiaban en recuperar parte de las pérdidas «justo ahora que llegan estrenos potentes -después de meses de freno de las majors estadounidenses- como Wonder Woman el día 18, Croods 2 el día 23 o las españolas Nieva en Benidorm, Hasta el Cielo y Mamá o papá, y teniendo en cuenta que en las fiestas navideñas aumenta el público familiar. Pero esta norma nos va a impedir dejar de estar en números rojos», lamentan.

Los responsables de los cines destacan que «ha quedado de mostrada la seguridad de las salas con la reducción del aforo al 50% y los excelentes sistemas de ventilación, que aportan un caudal de ventilación por persona de 12 litros por segundo y renovamos el aire cien veces más de la respiración normal», asegura Caparrós. Sobre este tema, la Conselleria de Sanidad se ha comprometido «a revisar técnicamente las instalaciones para comprobar la ventilación», según apunta Caparrós de la reunión mantenida ayer con sus homólogos valencianos, con quienes estudian presentar conjuntamente un recurso administrativo si la restricción no se levanta.

Los cines protestan, además, por el «agravio comparativo» frente a otros sectores, como la hostelería o incluso el ocio nocturno, que «en espacios mucho más reducidos sus clientes sí pueden comer y beber» y consideran el veto a los cines «incomprensible».

Las salas alicantinas se han reunido con el edil de Cultura Antonio Manresa, quien les mostró su apoyo y llevará al próximo pleno del día 17 una declaración institucional para que la Generalitat levante dicha prohibición.