La ceramista de origen vallisoletano Carmen de la Fuente, afincada desde hace décadas en Alicante, falleció el pasado lunes a los 72 años de edad. De la Fuente, que padecía alzheimer desde hace unos años, fue ayer incinerada en Alicante, según indicó uno de sus hijos, el promotor cultural Miguel Carratalá, quien no dudó en calificarla como una «obrera del arte» por la cantidad de producción realizada.

De formación autodidacta, cultivó varias disciplinas pero fue conocida sobre todo por su faceta de escultora y ceramista y deja a la provincia un importante legado de obras instaladas tanto en edificios privados como públicos, como su conjunto de columnas en el campus de la Universidad de Alicante, o sus murales cerámicos de grandes dimensiones diseminados por localidades como Benidorm, La Vila Joiosa o Alicante.