La escritora Najat El Hachmi se convirtió en la ganadora del LVII Premio Nadal de novela con El lunes nos querrán, una obra que versa sobre «la búsqueda de la libertad», que presentó a concurso con el título Intrusas y el seudónimo de Cristina López.

Con una dotación de 18.000 euros, el jurado compuesto por Alicia Giménez Bartlett, Care Santos, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello y el editor Emili Rosales concedió el premio por unanimidad la obra de Najat El Hachmi.

La autora, que ha escrito la obra tanto en castellano como en catalán y que ambas se publicarán el 10 de febrero -a versión catalana bajo el título Dilluns ens estimaran en Edicions 62-, aseguró ayer al recoger el galardón, que se celebró a puerta cerrada y sin la tradicional gala literaria, que la novela versa sobre dos amigas que viven en «la periferia de la periferia». «Aunque no he querido –explica El Hachmi- explicar una realidad concreta porque esa marginación se vive en todas partes».

La autora explicó que son dos jóvenes de familias musulmanas que viven en un barrio que «condiciona sus vidas y tienen todo en contra para conquistar esa libertad», cruzadas por múltiples condicionantes.

La ganadora dedicó el premio a todas las mujeres que viven en «unas circunstancia en las que esa libertad parece lejana» y señaló que hay posibilidades de salir adelante: «No hay vida digna sin libertad», subrayó.

Najat El Hachmi (Beni Sidel, Marruecos, 1979) se trasladó a los 8 años a Vic (Barcelona), donde se crió, ha sido mediadora cultural y técnica de acogida, y ha publicado libros como L’últim patriarca, Premio Ramon Llull de novela que fue la que le dio a conocer, La caçadora de cossos y La filla estrangera, entre otros.

El trayecto desde el anterior galardón al Nadal ha consolidado a una de las autoras más atípicas de las letras catalanas, en el sentido de aportar una mirada temática excéntrica al actual y muy homogéneo panorama literario.

Si bien en un principio la escritura fue un entretenimiento, con el tiempo se convirtió en una vía para canalizar sus sentimientos respecto al hecho de pertenecer a la vez a dos lugares, así como una posibilidad para acercar los dos mundos en los que tiene sus raíces. Nunca quiso ser «símbolo de nada», aunque en muchas ocasiones ha defendido su condición de mujer y madre.

Najat El Hachmi, con la nacionalidad española desde 2006, cursó estudios de filología árabe en la Universidad de Barcelona.