La renuncia forzada por PP y Ciudadanos de la directora del Instituto Gil-Albert, Mª Teresa Pérez Vázquez, y de tres subdirectores tras adjudicarse a uno de ellos, José Vicente Castaño, un contrato menor para renovar la imagen del instituto, ha llevado a la oposición en la Diputación a reclamar un «replanteamiento» del funcionamiento de la institución para redirigir los esfuerzos a la actividad cultural.

El portavoz de Compromís en la corporación provincial, Gerard Fullana, insistió ayer en la necesidad de realizar una auditoría del Instituto Alicantino de Cultura para «regenerar» esta entidad, que «PP y C’s han convertido en una agencia de colocación inoperante y clientelista» y cuyos últimos hechos «demuestran la necesidad de replantear el funcionamiento» de este órgano dependiente de la Diputación.

Aunque el contrato ha sido anulado, la formación de Fullana estudiará emprender acciones legales sobre la adjudicación del contrato «si vemos que ha habido algún intento de saltarse la ley para la contratación» y ayer solicitó por escrito la documentación del expediente, así como el vídeo de la sesión de la junta rectora del Gil-Albert en octubre, donde preguntó por esta adjudicación sin saber que la empresa adjudicataria la dirigía el subdirector del departamento del instituto.

«Sospechábamos que la web y el logotipo los estaba haciendo la empresa antes de la adjudicación», recordó, «y sin la solicitud de información que realizó Compromís hoy no sabríamos lo que ha pasado», tras añadir que su intención es abrir una reflexión sobre la tarea del Gil-Albert y «que se impulse un verdadero programa de promoción cultural».

El portavoz socialista en la Diputación, Toni Francés, consideró que la reacción del equipo de Gobierno de la Diputación ha sido «correcta y rápida» al apartar a la directora, «pero debería aprovecharse este momento para pensar cómo se están haciendo las cosas en el Gil-Albert».

«El problema es que los nombramientos de los cargos se han hecho pensando en el reparto de puestos entre PP y Ciudadanos más que en el bien de una institución de gran prestigio. Se ha desprofesionalizado una institución que hace un papel fundamental en la cultura de la provincia», argumentó, tras añadir que en la selección de personas «deben primar los criterios y la experiencia vinculada a la cultura y no el reparto de puestos».

Francés es partidario de realizar un nuevo proceso de selección «lo más abierto y transparente posible» y exigir una gestión «ejemplar», mientras Fullana cree que la dirección debería resolverse entre los finalistas al puesto en el anterior concurso.