Tenía 14 años cuando decidió ser escritora. Empezó con poesía. Entonces transcribía sus versos una amiga y firmaba con seudónimo -uno de ellos Amílcar-, para que su padre, profesor de academia, no supiera que eran suyos. Así comienza la historia literaria de Isabel Clara-Simó (Alcoy, 1943- Barcelona, 2020), convertida en una de las voces más influyentes y comprometidas de la literatura catalana. Lo recoge Jordi Tormo en la biografía autorizada de esta autora y periodista, un recorrido por su vida y su obra a través de su propia voz y también de las de aquellos que la conocieron o acompañaron a lo largo de su trayectoria.

Isabel-Clara Simó. Una veu lliure i compromesa es el título de este volumen de 220 páginas, publicado por la editorial Ara, que se presenta mañana en Barcelona, en un acto-homenaje coincidiendo con el primer aniversario de su fallecimiento. «Estuve con ella unos días antes de su muerte en Barcelona, cerrando algunos detalles del libro y haciendo la selección de imágenes de su archivo... pudo ver que el libro estaba terminado».

Que esta biografía vea la luz no entraba en la escena de quien conocía bien a la escritora alcoyana. «No m’agrada l’autobiografia. La detesto. A mi, aquella persona que m’explica la seva infància... Escolti, perdoni, per què m’explica la seva infància? A mi de què em serveix la seva infància? M’interessa la infància de Dante, però per pura admiració!». Sin embargo, cuando en mayo de 2019 Jordi Tormo se lo propuso, le contestó con una afirmación tajante.

Isabel-Clara Simó de jovencita junto a su hermano, vestido de fester ARCHIVO I.C SIMÓ

Se conocieron en 2011, cuando Tormo ocupaba la Concejalía de Política Lingüistica en Alcoy. Después llegaron charlas, colaboraciones y algunas entrevistas para incluir en las biografías que el escritor realizó entonces del cantautor Ovidi Montllor y del pintor Antoni Miró. Se sumaron más conversaciones, la revisión de su archivo personal, además de otras entrevistas publicadas en medios, el Archivo de la Democracia de la Universidad de Alicante, donde se encuentran parte de los fondos de la revista Canigó, que Simó dirigió junto a su marido, Xavier Dalfó, y también el de la Diputación de Girona, que atesora el resto de la colección de esa publicación.

El libro recorre su «enorme» legado: 70 libros, entre novelas para jóvenes y adultos, narrativa breve, poesía, biografía, crítica y ensayos. A eso se unen los 800 número de Canigó, guiones para radio y televisión, obras de teatro y más de mil artículos periodísticos. «El libro descubre su legado literario, pero también su trayectoria, sus compromisos vitales, los vínculos e interacciones con otros creadores, como Salvador Dalí, Montserrat Roig, Josep Pla, Maria Aurèlia Capmany, Joan Fuster, Ovidi Monllor o Antoni Miró».

Con todo, Tormo ofrece un viaje «a través de su propia voz», una palabra «ágil, directa, crítica y desgarradora, que se sostenía en la realidad que la envolvía, pero también en la ficción más absoluta. Y lo hizo manteniendo una dignidad insobornable».

Pero no es la única voz que se refleja en esas páginas. «Es un libro coral -afirma el autor-, por eso hay una decena de personas que la definen, hablan de su figura, eligen un hito dentro de su trayectoria, cuentan anécdotas y vivencias personales con ella».

Isabel-Clara Simó, una biografía a varias voces

Isabel-Clara Simó, una biografía a varias voces

Todo ello a través de cinco capítulos, dedicados a sus compromisos «con la literatura, con la lengua, con la política y con el feminismo»; sus etapas vitales, en Alcoy, València, Figueres y Barcelona: su obra como escritora; su faceta periodística y Alcoy.

«Lo que más me asombra es su determinación por ser escritora» y que nunca se cerrase ninguna puerta. «Pertenece a una generación que defendió el feminismo y la literatura de mujeres durante la dictadura; hablaba del independentismo de Cataluña cuando nadie lo hacía y escribía en valenciano aunque eso hiciera que su obra no fuera tan conocida, pero era su compromiso desde que estaba en la universidad», destaca Jordi Tormo.

«Siempre me dijo que estaba muy contenta y muy agradecida por escribir su biografía, pero más agradecido estoy yo de que ella me lo haya permitido».