«José Payá es todavía joven pero, a tenor de lo que conoce del caballero José Martínez Ruiz, por cuya Casa-Museo de Monóvar, biblioteca y papeles vela con mano firme, parece antiquísimo. (...) Un vistazo le basta y desentierra la carta aquella de Rubén Darío que está citando de memoria. (...) Se diría que no solo se ha leído, también memorizado, todo lo que hay aquí». Mario Vargas Llosa escribía estas palabras en 1993 (El País), tras visitar la cuna de Azorín, a cuyo legado y difusión contribuyó el que fue su director durante cuatro décadas.

Cerca de aquella casa, convertida durante tantos años tammién en la suya, José Payá Bernabé (Monóvar, 1957) falleció ayer a los 63 años de forma inesperada, a causa de un derrame cerebral. Atrás deja una trayectoria intelectual que le convirtió en uno de los máximos exponentes del conocimiento sobre el escritor monovero y también de su difusión y divulgación en todos los ámbitos.

Su dedicación a la vida y obra de Azorín comenzó en los años 80, cuando sustituyó al historiador Vicente Ramos al frente de la Casa-Museo Azorín tras su jubilación. Además, fue director de la Casa Modernista de Novelda, ambas entidades custodiadas por la Fundación Mediterráneo.

Al frente de este centro cultural llevó la figura del escritor monovero a su etapa más dorada, no solo por la publicación y recuperación de sus obras, sino también por la organización de congresos, seminarios y conferencias celebrados en la provincia de Alicante y en todo el territorio español, además de otros países como Francia, gracias al acuerdo que estableció con la Universidad de Pau.

José Payá, comisario del Año Azorín en 1998, también amplió la visión que había arraigado del escritor tras el franquismo, a través del fomento de la revisión de su obra, lo que ha permitido situar a Azorín en su época como un autor dentro de la modernidad. Para ello fue fundamental la celebración de congresos y también la colección de Anales Azorinianos que supuso sacar a la luz las investigaciones más novedosas que se fueron realizando, gracias al impulso de Payá para facilitar el conocimiento y, al mismo tiempo, conseguir el reconocimiento merecido del escritor.

Su labor supuso asimismo el despegue de la Casa-Museo Azorín como centro de investigación, ya que fue incorporando legados, de manera que se amplió el servicio que ofrecía a los investigadores. A ese centro llevó a figuras como el antes citado Mario Vargas Llosa, Camilo José Cela, María Kodama, Luis García Montero y Juan Gil-Albert, entre otros muchos intelectuales interesados por el autor monovero.

Formaba parte de la comisión lectora del Premio Azorín y estuvo en el consejo asesor de la revista Canelobre

Abrir la Casa-Museo Azorín a la ciudadanía e implementar las visitas educativas se convirtió en otro de sus objetivos. «Azorín debería estudiarse como un refugio esperanzador de las nuevas y futuras escuelas de periodistas del siglo XXI», decía.

Su implicación constante con la cultura, que él consideraba como la mejor ventana para promocionar Alicante -«Azorín es una de las marcas culturales más importantes de la provincia»-, le llevó a firmar numerosos artículos y libros, como autor, como editor y como coordinador. Entre ellos, Azorín y la Valencia modernista o Recopilación de El cinematógrafo, de Azorín. Durante los últimos años fue responsable del Centro de Legados de Fundación Mediterráneo, que custodia fondos documentales de figuras como Jorge Juan, Óscar Esplá o Gabriel Miró, a los que consideraba «auténticos tesoros». Además de miembro del consejo asesor de la revista Canelobre (2016-2019), editada por el Instituto Juan Gil-Albert, fue coordinador junto a José Ferrándiz Lozano del número Azorín. Clásico y moderno.

Era asimismo miembro de la comisión lectora del Premio Azorín de Novela -cuya reunión estaba fijada precisamente para el día de ayer y se suspendió, en señal de duelo-, del que durante algunas ediciones fue también miembro del jurado, y seguía coordinando el Premio Gabriel Miró. Perteneció a la junta directiva de la Asociación de Casas-Museo y Fundaciones de Escritores.

Los restos mortales de José Payá Bernabé, que deja viuda y tres hijos, uno de ellos nuestro compañero Juanjo Payá, se encuentran en el tanatorio de Novelda. A las cuatro de la tarde de hoy se realizará un responso a las puertas del cementerio de Monóvar. El entierro estará restringido a la familia.