En diciembre de 2019 el cantante y guitarrista Peter Frampton tomó la decisión de abandonar los escenarios. Anunció los cinco últimos conciertos en Inglaterra para mayo de 2020. Las entradas volaron. Luego pasó lo que pasó. La pandemia sepultó su gira de despedida. Frampton aún está en forma y podría retomarla cuando mejore la situación, pero es imposible adivinar cuándo ocurrirá eso y si ocurrirá. En el final de su carrera sobrevuela la duda: tal vez nunca pueda despedirse de su público. Tal vez nunca vivirá ese emotivo concierto final.

Para los músicos que habían decidido colgar los instrumentos en 2020, la pandemia está suponiendo un trauma adicional. Y Frampton, como líder solista de su proyecto, al menos puede decidir él solo retomar esos conciertos cuando le apetezca... y si le apetece. Pero, ¿y todas esas bandas que, tras infinitas reuniones de abogados, sesiones de terapia grupal, pulsos, amenazas, pactos frágiles y sondeos con agencias de contratación para calcular la rentabilidad económica, habían decidido que 2020 era el año ideal para la gran gira de despedida? ¿Dónde quedan todos esos adioses? ¿O los damos ya por despedidos?.

Por ahora, la gira de despedida de Extremoduro se ha pospuesto a mayo. Y la de La Polla Records, a junio. Pero nadie sabe qué tipo de conciertos se podrán celebrar entonces. Que se lo cuenten a José Luis Perales. Su gira de despedida estaba programada para mayo de 2020. Varios de aquellos conciertos se reubicaron en el primer trimestre de 2021. Inmersos en la tercera ola de la pandemia, ya los ha trasladado al segundo semestre del año. Y a cruzar los dedos, como todos. Por una vez, Perales, Robe y Evaristo están en las mismas.

Prudencia o paciencia

Txarango han sido más prudentes y hace unas semanas anunciaron que su gira de despedida quedaba definitivamente cancelada. La Fundación Tony Manero planeaba despedirse de los escenarios coincidiendo con su 25º aniversario, pero ya ha anunciado su adiós para la temporada 2021-2022. La Locomotora Negra, atendiendo a aquello de más vale pájaro en mano que ciento volando, ofrecerá el 29 de enero el primer concierto de su gira de despedida. Si la cosa se pone fea, al menos se habrán despedido desde el Palau de la Música. Barón Rojo, en cambio, se aferran al destino y anuncian su último vuelo para diciembre de 2021. Será nada menos que el día 28, día de los inocentes.

Los grupos mencionados no han de salir de España para despedirse de su público. Pero, ¿qué pasa con los artistas de fama mundial? Elton John inició su gira de despedida en septiembre de 2018. Iban a ser más de 300 conciertos, pero la pandemia le ha desmontado el calendario por completo. La gira tenía que concluir en 2021. Ahora la recta final en Nueva Zelanda está programada para enero de 2023. Eso, si no ha de cancelar los conciertos ya anunciados para este septiembre. Su «Farewell Tour» puede convertirse en un bucle infinito de cancelaciones y reprogramaciones. Y Sir Elton cumple 74 años en marzo.

El tiempo se agota también para Ozzy Osbourne (72 años), que antes de la pandemia ya pospuso fechas de su gira de despedida por problemas de salud. Kiss también pospuso varios por la misma razón y con la pandemia, acumulan ya 70. Su agenda para 2021 no da para más y el cuerpo, tampoco. Pero las giras de despedidas son un filón. Tanto, que se sabe cuando arrancan, pero nunca cuándo acaban. La de Lynyrd Skynyrd arrancó en mayo de 2018. En 2020 añadieron 30 de fechas más, pero ya solo pudieron completar dos y, para entonces, el guitarrista Gary Rossington ya se había retirado. El tiempo corre en contra de infinidad de músicos que esperaron demasiado para despedirse.

Desgracias totales

Pero aún hay un negocio más tocado que el de las giras de despedida: el de las giras de reunión. «Elegimos un mal año para regresar», habrá mascullado más de un grupo igual que Lloyd Bridges reconoció en «Aterriza como puedas» haber elegido un mal día para dejar de esnifar pegamento. Y el que más, Soda Stereo. Los argentinos montaron la gira «Gracias Totales» sin su cantante Gustavo Ceratti, fallecido en 2014. El regreso se vendía como una despedida definitiva, aunque el trío ya se despidió en 1997 y volvió a reunirse y despedirse en 2007. Extraña maniobra consumada en el peor momento. El tercer concierto de la gira latinoamericana se canceló por problemas organizativos. El quinto nunca llegó.

El regreso más sonado de 2020 iba a ser el de Genesis. Se anunció el 4 de marzo. Diez días después, el planeta entraba en pánico y su gira se iba al traste. La suya y tantas más. Pearl Jam, Rage Against the Machine, My Chemical Romance, The Black Crowes, Mötley Crüe y Pussycat Dolls también habían anunciado giras de regreso para 2020. Y se estaban rumoreando reuniones de alto calibre como las de Oasis y Destiny’s Child. No tan esperada pero más cómico es lo de Supergrass. El trío de brit-pop volvía «para traer alegría a un mundo ligeramente trastocado». La declaración es previa al covid, claro. Visto el panorama, eso de un «mundo ligeramente trastocado» suena poco ajustado.

El colapso pendiente

¿Lograrán todos estos grupos, y otros que ni caben en este artículo, consumar sus giras de regreso? La siguiente pregunta es aún más inquietante: ¿cuándo y en qué orden? La avalancha de bandas buscando festivales y estadios en los que despedirse de sus seguidores en cuanto todo vuelva a la normalidad puede colapsar el planeta y dejar sin escenarios a cientos de grupos emergentes o en desarrollo. En cualquier naufragio, la norma es rescatar a «las mujeres y los niños primero», pero en el mundo del rock las cosas funcionan casi al revés.