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Kamikaze

Televisión

El Teatro Pavón Kamikaze acaba de echar el telón para siempre. A las televisiones privadas, como era de esperar, poco les importó. La pública cumplió a su manera, cerrando sus telediarios dominicales con reportajes dedicados a esta triste noticia. Para ello, el yeclano Luis Miguel Palao se aplicó con ganas (atención a este hombre, que unos tienen la fama mientras otros cardan la lana) y realizó dos piezas de antología. El primer detalle que hay que agradecer es que no se repitiese la misma de la sobremesa por la noche. Cuántas veces hemos visto exactamente la misma noticia a las 3 y a las 9. Siempre lo repito: parece mentira en una televisión con más de seis mil trabajadores y tentáculos en los 17 centros territoriales.

Pero volvamos al Pavón Kamikaze. Para mí, la exquisita pieza de Luis Miguel Palao con los fundadores de la compañía, Miguel del Arco, Aitor Tejada, Israel Elejalde y Jordi Buxó, podrían haber dado para un Imprescindibles completo. Me explico. Teniendo esos mimbres, esos cuatro invitados de postín; ese decorado de lujo, el Pavón; toda esa historia apasionante que ha escrito y producido el grupo Kamikaze en pocos años; y el pequeño equipo de producción y realización que ha editado la noticia, había material más que suficiente para llenar una hora de televisión pública de primera calidad. Y esa medida, teniendo en cuenta que un domingo, La 1 de TVE es sinónimo de vacío total (o lo que es lo mismo, la emisión consecutiva de 6 largometrajes estadounidenses entre TD y TD), estaría más que justificada.

Los domingos, lo único que conecta TVE con la vida es la mirada inteligente de Lara Siscar. Y esos destellos de inspiración que regalan aportaciones como las de Luis Miguel Palao. Lo demás es la nada.

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