La Diputación publicó ayer en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) la nueva convocatoria pública para cubrir el cargo del director o directora cultural del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, la segunda en trece meses tras la renuncia forzada hace un mes de su anterior responsable, María Teresa Pérez Vázquez, por adjudicar un contrato de 9.000 euros a la empresa de uno de sus subdirectores en el instituto, que culminó con la marcha de ambos y de otras dos subdirectoras.

El nuevo concurso es prácticamente igual al publicado hace poco más de un año, salvo que elimina algunos aspectos requeridos o valorados anteriormente entre los candidatos. Es decir, que suaviza o rebaja las condiciones a tener en cuenta para ocupar este cargo de «carácter honorífico», sin sueldo pero retribuido por asistencia a reuniones.

El decreto que regula este procedimiento recoge como objetivo la designación «del mejor candidato conforme a los principios de mérito y capacidad e igualdad y publicidad y abre la posibilidad de presentarse a cualquier persona que reúna los requisitos».

Los aspirantes deberán contar con una licenciatura o grado universitario, y la solicitud debe acompañarse de la titulación y el currículum vitae pormenorizado, pero -a diferencia del anterior decreto- en este no se requiere presentar «una memoria descriptiva de los proyectos más relevantes que hayan desarrollado a lo largo de su carrera profesional relacionados con las tareas propias del director cultural», como sí especificaba la anterior convocatoria.

Las bases establecen que una comisión de valoración seleccionará a cinco candidatos atendiendo a la idoneidad del perfil y considerando «principalmente» la experiencia en tareas de dirección y gestión de proyectos culturales pero, de nuevo, se omite otro aspecto valorado en el anterior decreto que añadía «especialmente en el ámbito público», al igual que el doctorado, que aquí no se menciona, aunque se mantiene la docencia universitaria en el ámbito de la cultura y la autoría de obras o artículos literarios.

Sí se añaden, sin embargo, nuevas consideraciones: haber realizado «conferencias o jornadas sobre temas culturales».

Por lo demás, el contenido de la convocatoria sigue las mismas pautas y plazos que el anterior. Los candidatos dispondrán de diez días hábiles para registrar sus solicitudes, a contar a partir del día siguiente a la publicación en el BOP, por lo que los aspirantes tendrán hasta el próximo 26 de febrero para presentar propuestas.

Después, los preseleccionados por la comisión de valoración dispondrán de cinco días hábiles para presentar una propuesta de coordinación de la programación cultural del Gil-Albert, en la que deberán incluir los objetivos estratégicos a alcanzar. Se podrá acordar, además, la celebración de entrevistas con los candidatos para aclarar aspectos de su propuesta y valorar su capacidad.

La comisión de valoración estará compuesta por un mínimo de tres miembros, todos ellos personal del grupo A1 del Instituto Gil-Albert o de la Diputación de Alicante. Podrán designarse especialistas que asesoren a la comisión. En esta ocasión, se especifica que se determinará el abono de asistencias por las sesiones de la comisión de valoración.

Plazos

La Diputación confía en tener resuelta la designación del nuevo responsable en un plazo aproximado de un mes, aunque todo dependerá del número de aspirantes que se presenten. En la anterior edición se registraron 15 solicitudes y hasta llegar a los tres finalistas transcurrieron 50 días, y un mes más para la elección y del cargo, que se nombró en abril, en plena pandemia, y el equipo en julio.

La vicepresidenta y diputada de Cultura, Julia Parra, expresó ayer su «interés en que este proceso se lleve a cabo con la mayor celeridad», tras recordar que, el Gil-Albert «mantiene su actividad cultural llevando a cabo la programación prevista para el año 2021, siempre con las limitaciones obligadas por las restricciones derivadas de la pandemia».

A pesar de que la Diputación ha mantenido «conversaciones informales» con los dos finalistas de la anterior edición (José Ferrándiz Lozano, director del Instituto entre 2015 y 2019, y Santiago González-Varas ) y se ha barajado la posibilidad de elegir directamente al director/a, como recogen los estatutos del instituto, finalmente se ha optado por una nueva convocatoria, impulsada por Parra.

Mientras, la sede del Gil-Albert sigue sin logotipo en su fachada. Se retiró el nuevo pero no se ha recuperado el antiguo.