Con catorce minutos de un cara a cara entre Manolo Solo y Sonia Almarcha ha logrado ya más de medio centenar de premios en festivales nacionales e internacionales durante el último año, que ahora busca coronar en los Goya. A la cara, el cortometraje del alicantino Javier Marco, aspira al premio de mejor corto de ficción con una historia que parte de algo que se ve a diario en las redes sociales, los insultos y amenazas, pero que va más allá y sitúa frente a frente al acosador y a la acosada. Con guion de Belén Sánchez-Arévalo, con quien Marco suele trabajar, el corto inició su andadura unos días antes del estado de alarma, pero luego tomó carrerilla en festivales y ahora, además, se puede ver en Movistar+ y en FlixOlé.

«Queríamos hablar del odio en las redes sociales, de la crispación y los insultos que se lanzan bajo el anonimato, que hace tan fácil a los haters amenazar o criticar. Nosotros nos hemos centrado en las amenazas a famosos, que la gente se cree que por verles en televisión ya les conocen y pueden criticarles, cuando realmente no saben quiénes son», explica Javier Marco, que añade su idea final era «hablar de que no es nada fácil insultar a alguien si lo tienes enfrente. No queríamos juzgar al hater sino intentar entender por qué hace este tipo de cosas y si entiende el dolor que causa».

Afincado en Madrid desde hace años pero vinculado familiarmente a Alicante, Marco fue preseleccionado a los Goya el año anterior con Muero por volver y esta es su primera nominación. «Es un pasito más. Los premios están genial y te dan visibilidad, pero lo importante es trabajar, y más en pandemia. No hay que obsesionarse por ganar», indica el realizador, que lamenta que los sanvicenteros Adán Aliaga y David Valero no continuaran en la carrera al Goya tras su preselección en la misma categoría: «Me hubiera encantado que siguieran porque así tendríamos más probabilidad de que ganara un alicantino. Y he visto los dos cortos y me gustaron mucho».

El cine realista de Javier Marco que apunta a los Goya | INFORMACIÓN

Para la próxima gala del 6 de marzo de la Academia de Cine, que será telemática, ya le han dicho que debe estar conectado desde casa «pero con traje, no puedes estar en pijama -ríe- porque nos han dicho que te pueden pinchar en cualquier momento. Es una pena no poder ir, pero se entiende que es mejor estar en casa y no exponerse».

El alicantino sabe que, además de la historia, en su corto juegan a favor las interpretaciones de la actriz de Pinoso Sonia Almarcha (El reino, La soledad, Orson West) y el actor Manolo Solo (30 monedas, Tarde para la ira, B, la película, La isla mínima). «Todo suma y son actores excelentes que hacen que la historia suba a otro nivel, sus interpretaciones son muy auténticas y se han llevado la mitad de los premios», destaca el director, que también trabajó con Pedro Casablanc en otro cortometraje anterior, Uno .

Tras diez años haciendo cine en corto, el realizador apunta que le atrae «hablar de cosas que están pasando en la actualidad» y, desde 2016, «creo que hemos encontrado [él y la guionista Sánchez-Arévalo] un camino, un estilo de cine que intenta ser muy realista y criticar ciertas cosas de las que se debería hablar: en Uno de la emigración, en El vestido de la crisis económicas, en Muero por volver de las nuevas tecnologías o de las redes en A la cara».

La libertad de los cortos

Marco, que produce sus cortos, cree que con ellos puedes arriesgar más porque no te juegas el dinero de nadie y tienes más libertad. Puedes probar cosas nuevas y te vas preparando para cuando hagas largometrajes, cuya diferencia es que cuentas la historia en más o menos minutos. En mi caso, con el tiempo he ido viendo mi estilo, lo que me gusta y lo que no. He necesitado hacer muchos cortos. Hay otros que con el primer corto ya lo tienen muy claro, pero a a mí me ha costado más. Ahora ya sé lo que quiero contar».

Primer largo en abril con Emma Suárez y Roberto Álamo

La pandemia frustró su debut en el largometraje, pero Javier Marco ya tiene fecha para el rodaje de Josefina, el 7 de abril en Madrid con Emma Suárez y Roberto Álamo. «Ya estamos ensayando y con muchas ganas de rodar. Serán cinco semanas si todo va bien y no hay problemas de covid», indica sobre este «drama con toques de comedia» que cuenta la relación de un funcionario de prisiones con una mujer que visita a su hijo en la cárcel. «Siempre hay presión en tu ópera prima, pero tengo más ganas que nervios», apunta Marco, quien prevé desarrollar su siguiente proyecto en Alicante.