Actor de singular físico, Mel Brooks hispano, cincuenta y cinco largometrajes, cuarenta obras teatrales y una veintena de series de televisión a sus espaldas, además de un docureallity que lleva su nombre, Enrique San Francisco, fallecido ayer a los 65 años de neumonía bilateral, era un buen tipo, a decir de sus amigos, y hombre difícil de definir en palabras. Si acaso, repetir las suyas propias: «Me tachan de drogadicto, juerguista y mujeriego. Y todo es verdad», decía el cómico de los ojos de rana, para presentarse a una nueva y joven audiencia, la deFlooxer, el canal online de Atresmedia, que le dedicó una serie en la que el propio actor contaba su estrambótica vida, Follow San Francisco. Amigos como Antonio Resines, Jorge Sanz, Los Morancos, Hombres G o Pablo Motos colaboraron en esta bienvenida al mundo de las redes.

La vida de Quique San Francisco ha sido de todo menos sosegada y discreta; exprimía cada minuto al máximo y expresaba sus opiniones sin cortarse nunca y sin tener en cuenta el qué dirán, ya fuera por sus continuas idas y venidas a las drogas o por su también pertinaz ruina económica, marcada sin duda por sus excesos. Pasó por la cárcel varias veces, fue legionario, quedó muy maltrecho por culpa de un accidente de moto y últimamente soltaba mandoblescontra el Gobierno, los gestores de la pandemia y los creadores de una vacuna contra la covid que él no se pondría. Y dijo que le gustaban muchas de las cosas de Vox.

Nació el 10 de marzo de 1955 en Madrid hijo de padres actores, Enriqueta Cobo (Queta Ariel) y Vicente Haro, aunque su madre le tuvo de soltera y no conoció a su progenitor hasta los 17 años, los que tardó en decidir ir a Madrid a buscarle.. Vivió su infancia en Barcelona con su madre y, tras haber hecho publicidad, con solo seis años debutó en el cine. Al teatro llegó en 1963, en la obra El sueño de una noche de verano, y su primera intervención televisiva fue dos años después con la serie de TVE Santi, botones de hotel.

A los 17 participó en Crónicas de un pueblo (1972) y también pasó por Curro Jiménez (1978), Proceso a Mariana Pineda (1984) o La bola de cristal, y en el 2001 se sumó al elenco de Cuéntame cómo pasó. Todo iba razonablemente bien, personal, profesional y económicamente cuando San Francisco, gran amante de las motos, sufrió un terrible accidente el 24 de octubre de 2002. Con tibia y peroné fracturados, necesitó ocho operaciones para, al final, postrarse en una silla de ruedas durante año y medio.

San Francisco siempre ha sido uno de los rostros más fácilmente reconocibles de la comedia española. En el cine, logró dos nominaciones al Goya, por El baile del pato (1989) y por Orquesta Club Virginia (1992). Enmarcado dentro del conocido como «cine quinqui», dejó su huella en el género con Colegas (1982), Navajeros (1980) y El pico (1983).

Sus peores años estuvieron marcados por la heroína y la cocaína, que minaron su salud, su imagen y sus relaciones personales, como su novia de más tiempo, Rosario Flores.

Sus últimas apariciones en la tele fueron en la serie Gym Tony (2016) y en sus colaboraciones en los anuncios de Campofrío.