Cuando se hizo público el premio Planeta 2019 todo el mundo le preguntaba a Javier Cercas si su novela, la primera de un ciclo policiaco protagonizada por el mosso d'esquadra Melchor Marín, iba sobre el ‘procés’. Y él aseguraba que no. Pero con un título pendenciero como ‘Independencia’ (Tusquets) ya no puede negarlo, aunque tampoco sea exactamente el relato de la política catalana de los últimos años. Quien crea que esto va de Puigdemont y Rajoy está equivocado.

Cercas ha enviado a su héroe al año 2025 cuando, según su ficción, el 'procés' y la pandemia son ya cosa del pasado. El agente, ahora viudo, se ha visto obligado a trasladarse a Barcelona desde la Terra Alta para intentar descubrir quiénes están tras el chantaje dirigido a la alcaldesa de Barcelona -que no es Ada Colau sino su sucesora-, una antigua progre fundadora de un nuevo partido xenófobo, a la que amenazan con un vídeo sexual.

¿Por qué ha titulado esta novela ‘Independencia’ cuando las alusiones directas al 'procés' apenas ocupan un par de páginas?

Me encantan los títulos ambiguos, polisémicos y equívocos. Umberto Eco decía que el mejor titulo de la literatura mundial era ‘Los tres mosqueteros’, porque eran cuatro. Independencia es una palabra magnífica. 

Ese sería un título curioso para esta entrevista. 

Tendemos a pensar en independencia política pero hay muchas clases de independencia y todas son positivas, excepto la política porque yo soy más bien dependentista. Cuanto más dependamos unos de otros mejor, porque así no triunfan las élites, los poderosos y los ricos. De eso va esta novela. A uno de los personajes del libro, Ricky Ramírez, le dijeron en su casa “arrímate a los buenos”. El mismo consejo que le da a Lázaro de Tormes su madre. El problema es que Ramírez lo entiende mal y cree que le han dicho arrímate a los ricos y los poderosos. Ese es su error porque los ricos lo que hacen es utilizarlo como papel higiénico. 

¿Y eso que tiene qué ver con la independencia?  

Puede leerse como una metáfora de lo que ha ocurrido. Una élite política, para salir de la crisis ecónomica de 2008, hizo todo lo posible para sacar a la gente a la calle con el cebo de la utopía disponible: un país maravilloso donde todos seremos felices. La idea era superar la crisis de la forma más cómoda presionando al Gobierno central. El problema es que la gente se lo creyó, las élites perdieron el control de la situación y ahora están asustadas porque sacar a la gente a la calle es fácil pero volverla a meter es muy difícil. 

Esa es la tesis que pone en boca del ex de la alcaldesa, un tipo convencido de que el nuevo partido se va a hacer con la Generalitat. 

En la faja puede leerse que es un alegato furioso contra la tiranía de los amos del dinero y eso me gusta. El tema central de este ciclo, que tendrá cuatro o cinco novelas, es la justicia. 

Ha trasladado la acción a 2025. ¿Cree que ese futuro cercano estará en sintonía con la realidad? 

La novelas no las escribes solo con la razón, también entran en juego la furia y el dolor. Esos pocos años de margen hacia adelante me han dado una libertad total. ¿Una alcaldesa xenófoba en Barcelona es creíble? Esto lo escribí antes de que Vox colocara 11 diputados en el Parlament. Y claro que espero que el de Barcelona no acabe siendo un ayuntamiento profundamente corrupto donde reinan la brutalidad y el cinismo, pero por desgracia es verosímil. 

Ha imaginado un partido nuevo que se nutre con gente de la antigua Convergència, el PP e incluso la izquierda. 

Las élites catalanas, y en eso no se diferencias de las españolas, surgen de unas pocas familias que siempre son las mismas, capaces de transformarse y adoptar distintas formas y máscaras. Pero ahí están. La democracia es el único instrumento que nos hemos inventado para defendernos de los dueños del dinero y los amos del poder. Quemar contenedores no sirve para nada. 

En 2025 también da por finiquitado el 'procés'. 

Tal como se planteó en 2012 eso se acabó en 2017. Ahora estamos en otra etapa que no digo que sea mejor o peor. Si en la novela se habla del 'procés' en pasado es porque ya se ha acabado. Y no lo digo yo, lo dice mucho independentista que en privado confiesa que aquello se les fue de las manos Ahora estamos en el susto.  

Los disturbios han vuelto a poner en entredicho la actuación de los Mossos. Los Mossos viven en una especie de Dragon Khan, de repente son héroes absolutos y al día siguiente, los peores villanos. Yo he hablado con muchos de ellos para escribir esto y me he encontrado con profesionales que hacen su trabajo lo mejor posible y nada más. Muchas veces se olvida que son una policía judicial que está al servicio de los jueces y obviamente la clase política catalana intenta politizarlos y por eso están muy enfadados, por la falta de apoyo. Los políticos intentan colonizar todas las instituciones y los secesionistas no son distintos. Están utilizando ese instrumento democrático para sus propios intereses. 

Yendo a la letra pequeña, una mujer perdió un ojo por una bala de foam. 

Ese es otro tema. Un tema muy serio que no tiene nada que ver con Melchor Marín, quien desde luego no es antidisturbios. 

Melchor no es un héroe impoluto. 

Alguien lo definió como un buen mal policía. Un Don Quijote cuerdo y loco a la vez. Se podría decir que es muy bueno con los buenos y muy malo con los malos. Es un personaje lleno de furia y remordimiento y a la vez, digámoslo así, un limpio de corazón. 

Es un limpio de corazón que legitima la venganza. No sé yo. 

¿Es lícito vengarse? A esa pregunta cualquier persona civilizada respondería un no tajante. Y sin embargo la literatura es capaz de incomodar al lector de una forma moral. Mira Michael Corleone. Sabemos que es un asesino pero nos identificamos con él cuando le vemos gritar por la muerte de su hija en el Teatro Máximo de Palermo. 

A Melchor uno de sus colegas le llama españolazo. 

Sí, pero cariñosamente, es uno de sus mejores amigos.

¿Le han llamado así alguna vez? 

Yo soy de Girona, donde todo el mundo parece haberse hecho soberanista y ahora vivo en Verges que es el pueblo más independentista de Cataluña. Pero jamás me han llamado así. La gente va a lo suyo atendiendo al verdadero problema que es sacar su vida adelante. Ahora bien, cuando los políticos calientan el ambiente las cosas se complican. Que haya gente que me haya demonizado es su problema no el mío. 

¿En ningún momento se ha planteado escribir en catalán? 

El catalán es el idioma en el que hablamos en casa. He escrito en catalán en periódicos y estudié Filología Catalana. Joan Ferrater, que fue mi maestro, me dijo que yo era el primer escritor catalán en castellano. 

Se olvidaba de Barral, Gil de Biedma o Marsé.

Eso le dije yo. Pero me aclaró que yo era el primero que había crecido en un ambiente catalanoparlante. Y es cierto, en realidad no tuve relación con autores en castellano hasta que cumplí 37 o 38 años. Aquellos eran otros tiempos, el problema no es la lengua, nunca lo ha sido, el problema es el poder. 

Hubo gente que le reprochó haberse presentado al Planeta y con una novela policiaca nada menos. 

Si alguien quiere leer esto como una novela policiaca me parece muy bien. Lo cierto es que en todas mis novelas siempre hay un enigma. Yo no escribí 'Terra Alta' para ganar el Planeta, la realidad es la contraria. Escribí la novela y luego me presenté. Pero, vamos, la gente va a seguir pensando mal. 

Hay una película de John Ford que siempre le ha acompañado, 'El hombre que mató a Liberty Valance'. Podría decirse que muchas de sus novelas son reescrituras de esa historia. Esta también. 

(Ríe) Eso sería como pretender escribir de nuevo 'El Quijote', pero sí me eduqué leyendo novelas de aventuras y viendo wésterns que son la asunción de la épica perdida por la novela en el siglo XX. Me gustaría recuperar el espíritu popular de los grandes como John Ford, o el Víctor Hugo de 'Los miserables'. Me gustan esa humildad y falta de pretensiones. No digo que sea la única literatura buena. Kafka en vida no tuvo apenas lectores y ahora es uno de los autores más leídos del mundo. Ojalá la novela vuelva a decir cosas importantes a la gente porque si no me temo que morirá.