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TRIBUNA

Miguel Hernández, asesinado por omisión el 28 de marzo de 1942

El día 28 un número trágico para el poeta. Miguel Hernández llegó a Alicante el 28 de junio de 1941 procedente de la cárcel de Ocaña

Homenaje a Miguel Hernández por el 79 aniversario de su muerte en el cementerio de Alicante

Durante muchos años Josefina Manresa nos comentaba el golpe duro que recibió cuando fue a la cárcel de Benalúa a entregar los alimentos para su amado: el funcionario rechazó la bolsa mirándola, ella se fue sin preguntar, no tuvo valor y era evidente la noticia esperada, falleció a las 5.30 horas, ese silencio le atravesó todo su ser y el dolor fue insufrible. Ella siempre comentó que su esposo había muerto solo, sin ninguna compañía, contradiciendo las afirmaciones de otros presos que dijeron durante años que estuvieron con el oriolano en los últimos minutos de su vida. Mi malogrado amigo Santos Escarabajal me llamó en 2010 desde Méjico confirmando esas afirmaciones de mi querida y estimada Josefina, quince días después recibí del investigador hernandiano la documentación que las avalaban para que yo las publicara. Decliné ese encargo pues consideré que era él quien debía hacerlo, lo realizó en colaboración con Miguel Ángel Nepomuceno en el artículo titulado: «Las dos muertes de Miguel Hernández» en el diario Información y en La Crónica de León en 2011.

El día 28 un número trágico para el poeta. Miguel Hernández llegó a Alicante el 28 de junio de 1941 procedente de la cárcel de Ocaña.

El 28 de marzo de 1939 sale de Alicante, el Stanbrook. Miguel estuvo ese día en el puerto, no deseaba subir al buque pero sí lo hacen paisanos suyos entre otros el gobernador civil José Escudero Bernícola y los concejales Amado Granell y Jose Alonso Egío.

El 28 de abril de 1939 Miguel en Huelva camina por el bello pueblo andaluz de Aroche hacia la frontera de Portugal, tal como publicamos en Información el 28-09-2017 de acuerdo con la investigación de nuestro amigo, el andaluz Augusto Thasio. Cruza la ribera del río Chanza por el paso de Puerto Nogal y sus sierras y finamente es detenido en Moura por indocumentado y trasladado a Rosal de la Frontera; el poeta, como preso, hace un primer recorrido carcelario desde aquel pueblo portugués hasta la cárcel de Torrijos (Madrid), pasando por Huelva y Sevilla. Es liberado el 15 de septiembre y sale hacia su casa familiar de Cox. Josefina vivé allí con su hijo de nueves meses Manolilo, Manuel Miguel.

El 28 de septiembre visitando en Orihuela la casa de la calle Mayor de los padres es denunciado y arrestado por Manuel Morell Rogel y José Mª Martínez, el Patagorda. Siendo encerrado en el retén de Orihuela y posteriormente lo suben a la prisión habilitada en el seminario diocesano de San Miguel. Allí vivió el fusilamiento de octubre y noviembre en las paredes del cementerio oriolano de diecisiete jóvenes republicanos, compañeros suyos de encierro.

El poeta vivirá las mismas terribles sensaciones que nos recuerda Marcos Ana en su obra «Decidme cómo es un árbol» esperando la muerte en cualquier momento. A Josefina le dice en su carta de octubre «…Esta gente es más bruta que se puede imaginar. Pero a mí no me joden ni ellos ni nadie. Todo el tiempo que me hagan perder ahora, todos los atropellos, me los han de hacer ganar. No sé vengarme, pero sí afirmarme más en defender una justicia que si no ha estado con otros, ha estado siempre conmigo. No lamentes lo ocurrido. Procura pasarlo, en medio del contratiempo, todo lo mejor que puedas. Cuídame al niño bien…»

Su segundo período carcelario transcurre encerrado en Conde Toreno (Madrid), Palencia, Yeserías (Madrid), Ocaña (Toledo) y Alicante.

También deseamos cuestionar a algunos biógrafos que afirman que Miguel claudica al celebrar su matrimonio eclesiástico el 4 de marzo de 1939. El poeta siempre estuvo preocupado por el futuro de su familia, además de que siempre nos lo dijo Josefina y se puede comprobar en su epistolario. Ella nos dijo que «quería asegurar el futuro con los beneficios de su obra pues era conocedor de la anulación de los matrimonios civiles por el franquismo». Ellos se habían casado civilmente en el Ayuntamiento oriolano el 9 de marzo de 1937.

Y tampoco fue despedido y llevado a hombros por sus paisanos, acompañado por las melodías de la banda de música del Reformatorio de Benalúa. Falleció a las 5.30 horas y sobre las 19 horas, el féretro de madera sencilla, forrado de papel negro fue trasladado al cementerio alicantino y cuenta Josefina que al paso de «los campesinos, en el barbecho, se incorporaban apoyándose en los riñones quitándose el sombrero» no permitieron el velatorio del poeta y la familia estuvo toda la noche sin dormir en la casa de Elvira Hernández, calle Pardo Gimeno. Al día siguiente, a las 10 horas se le dio sepultura en el nicho 1009 en presencia de Josefina, Elvira y Vicente Hernández, sus cuñados Ismael y Paco, Miguel Abad, Ricardo Fuentes, Justino Sijé y otros familiares y amigos. En 1986 Miguel junto con su hijo Manuel Miguel, fallecido en 1984, fueron sepultados en la placeta de Personas ilustres en el mismo cementerio y desde el 18 de febrero de 1987 yace también Josefina Manresa.

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