«Estoy feliz. Es un reto», declaró ayer escuetamente Pilar Tébar, la nueva directora cultural del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, tras hacerse pública su designación al frente de este organismo independiente de la Diputación, que ha vuelto a apostar por una mujer tras la salida de María Teresa Pérez Vázquez el pasado mes de enero y la convocatoria de un nuevo proceso de selección un mes después.
La elección de Tébar frente al resto de candidatos -Carles Cortés, Irene Ballester, Francisco Alberola y Alejandro Cañestro- fue comunicada por la diputada de Cultura, Julia Parra, a propuesta de la comisión de valoración que ha evaluado los proyectos de los cinco candidatos finalistas, preseleccionados entre catorce aspirantes. Se trata de la decimoprimera directora de la institución desde su creación en 1953.
La nueva responsable, que mantendrá su primera reunión con Parra el próximo lunes, no quiso hacer declaraciones hasta ese primer encuentro, y solo añadió que quizá «la experiencia sobre el funcionamiento de la casa que ya he tenido» haya inclinado finalmente la balanza a su favor.
Pilar Tébar (Alicante, 1965) es una persona conocida y reconocida en el mundo del arte como historiadora, investigadora, crítica y comisaria y, frente al resto de candidatos -salvo Carles Cortés, que había formado parte de la Junta Rectora del Gil-Albert con el anterior equipo- cuenta con una larga vinculación al Instituto que se remonta a 2007, bajo la dirección de Joaquín Santo Matas y, posteriormente, con Paco Sánchez y José Luis Ferris hasta 2015. Ha sido subdirectora de los departamentos de Arte y Comunicación Visual Eusebio Sempere y de Revistas, departamento del que también fue directora unos años.
Especialista en el pintor alicantino José Aparicio, sobre quien realizó su tesis doctoral, Tébar es licenciada en Historia del Arte por la Universidad Autónoma de Madrid y actualmente es profesora-tutora en el Grado de Historia del Arte de la Universidad Nacional de Educación a distancia (UNED). Cuenta con treinta años de experiencia profesional en el sector. En 1989 trabajó como historiadora del arte en la Dirección General de Bellas Artes y Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid y ha sido técnico superior de Conservación y Documentación en el Castillo de Santa Bárbara durante diez años.
Preside desde 2018 la Asociación Valenciana de Críticos de Arte (AVCA), de la que era vicepresidenta en Alicante desde 2012, y ha participado en la organización y montaje de exposiciones de más de cien artistas.
La vicepresidenta de la Diputación y diputada de Cultura, Julia Parra, señaló ayer que los cinco candidatos que aspiraban a dirigir la institución son «brillantes» y «cualquiera podía haber sido el elegido», pero la propuesta de Tébar es «perfecta» al tratArse de «una persona que conoce bien la institución y que, por su preparación y experiencia, estoy segura de que va a hacer un papel excelente al frente del instituto».
Algunas incógnitas
La incorporación de Tébar como directora -el cargo es «honorífico», sin sueldo pero compensado con dietas por la asistencia a reuniones- conlleva que dirigirá a su vez el departamento de Humanidades, como establecen los estatutos, pero quedan por despejar aún algunas incógnitas en el organigrama. Una de ellas es si la directora podrá cubrir los tres puestos que quedaron vacantes tras la salida de Pérez Vázquez y de otras tres personas de su equipo.
Cabe recordar que la situación de Tébar es anómala, ya que es la primera directora nombrada con el equipo ya formado y trabajando, que proviene de la anterior responsable, Pérez Vázquez, quien dimitió tras intentar adjudicar un contrato a un subdirector del centro.
Otra cuestión es si habrá reestructuración de áreas, al comprometerse Parra en marzo a crear una subdirección de fomento de la lengua y cultura valenciana a propuesta de Compromís.
Comisaria de la muestra de la artista Luisa Pastor
El azar hizo que a Pilar Tébar le sorprendiera la noticia de su designación como directora del Gil-Albert en el propio instituto, ya que se encontraba en pleno montaje de la exposición de la artista Luisa Pastor, D-M-D, Dinero-Mercancía-Dinero, que se inaugura hoy a las 19.30 horas y de la que ella es comisaria.
Tébar y Pastor se conocen desde hace dos décadas pero nunca habían podido trabajar juntas ni presentar una propuesta al ciclo de Arte en la Casa Bardín hasta ahora, con una muestra en la que Pastor «se sale un poco de su línea de trabajo con libros de contabilidad y presenta un juego conceptual alrededor de la denuncia de la trata y la venta furtiva de animales», señala Tébar, que añade que tras la obra de Pastor hay una «profunda labor investigadora» .
D-M-D, Dinero-Mercancía-Dinero es una propuesta que nace de una primera beca que Luisa Pastor desarrolló en México y continuó con otra residencia artística en el MUA. En ella, reflexiona sobre la mercantilización de la carne y el ciclo infinito del dinero, «donde el animal es una mercancía y acaba siendo una moneda de cambio», apunta la artista, que presenta la exposición en cuatro partes diferenciadas, que incluyen, entre otras obras, una docena de fotografías de animales convertidos en origamis con billetes de dólar, una imagen gigante de un cazador con sus trofeos sobre cuadernos escolares que llevan en su portada animales, intervenidos por la artista con pan de oro de 24 kilates.
