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Pilar Tébar: "Quiero abrir el Gil-Albert a todo el mundo"

La nueva directora del Instituto Alicantino de Cultura apuesta por usar las redes sociales y el streaming para expandir la actividad, consensuar con el equipo actual futuras propuestas y sumar con otras instituciones

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Pilar Tébar: "Yo entro en el Gil-Albert y entro en mi casa"

Pilar Tébar inició su vínculo con el Gil-Albert en 1989, cuando siendo una joven estudiante de doctorado recibió una de las ayudas a la investigación que concede el Instituto Alicantino de Cultura, de cuyos equipos directivos formó parte entre 2007 y 2015. Ahora es la nueva directora cultural de este organismo independiente de la Diputación y su incorporación la vive «contenta e ilusionada» como un «reto apasionante» que tiene por delante.

Ganas no le faltan para afrontar una nueva etapa en el Instituto, un bastión cultural en la provincia con 1,6 millones de presupuesto este año, que deberá reconducir y al que llega en circunstancias anómalas. Es decir, con un equipo ya formado tras la dimisión forzada de la anterior responsable -María Teresa Pérez Vázquez, por intentar adjudicar un contrato a un subdirector del centro- y la salida, con ella, de otros tres miembros del equipo directivo, y después de un año de parálisis por la convocatoria pública lanzada para designar este cargo, ralentizado después por la pandemia.

Historiadora del arte, crítica y comisaria, Tébar no quiso valorar las circunstancias pasadas en su presentación pública, pero reconoció que «la pandemia ha paralizado la cultura y es un momento de mucha precariedad. Es normal que si arranca en pandemia le cueste, pero hay muchas actividades y ahora hay que darles mucha difusión».

«Mi propuesta es profesionalizar la cultura, fomentar el valenciano y la igualdad»

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La nueva responsable, que ya ha dimitido como presidenta de la Asociación Valenciana de Críticos de Arte (AVCA), explicó que se presentó a la segunda convocatoria «empujada por mucha gente que me quiere, familia y amigos, que pensaron que podía reunir los requisitos, que he estado en la casa y la conozco. Fui empujada y no me arrepiento. Tengo ya una madurez, treinta años de experiencia, soy abierta y me gusta el trabajo en equipo, siempre desde el respeto, no entro como un elefante en una cacharrería y creo que es el momento».

Líneas maestras

No desgranó el proyecto presentado a la comisión de evaluación que la ha elegido porque primero debe evaluar la situación con el equipo que trabaja desde julio y «consensuar» propuestas concretas, pero esbozó sus líneas maestras: «En mi propuesta está profesionalizar la cultura, el fomento del uso del valenciano, la igualdad de género en la cultura y abrir el instituto, utilizar las redes sociales para que llegue a todo el mundo». 

En cualquier caso, dará prioridad a las actividades «que lleguen más fácil a la gente» y aseguró que se programará «desde cualquier punto de la provincia, desde la Marina Alta hasta la Vega Baja, además de abrirnos a otras instituciones de nuestro ámbito geográfico», entre las que destacó museos como el MACA, el Mubag o el Consorcio de Museos -a cuyos responsables conoce desde hace años- pero también a otras instituciones ajenas al arte como el Colegio de Arquitectos, Casa Mediterráneo o las dos universidades. «Mi frase es: sumando la cultura gana», añadió.

«La imagen del instituto es la que hay. No vengo a cambiar cuadros, sino a trabajar»

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Si el objetivo de su antecesora era cambiar la imagen del Gil-Albert, la nueva directora aclaró que ni se lo plantea: «La imagen es la que hay. No vengo a cambiar cuadros, vengo a trabajar». Sí destacó la importancia de consolidar las actividades en streaming o de transmisión en directo por internet porque «eso ha venido para quedarse y abre un mundo de posibilidades. Ahora -agregó- tenemos un aforo limitado, hemos pasado de 25 a 38 personas en la Casa Bardín, pero si das un acto en streaming aumentas exponencialmente el público, casi todas las instituciones trabajan de manera mixta y eso es un reto también».

Continuidad del equipo

La nueva directora reconoció sentirse «en casa» cuando entra al Gil-Albert y valoró que «gana tiempo» por su conocimiento profundo del instituto por dentro. «Sé cómo funciona la junta rectora, sé dónde está la fotocopiadora», bromeó. Tanto ella como la diputada de Cultura, Julia Parra, descartaron una renovación completa del equipo con su llegada -«perdería el tiempo ganado», dijo, tras añadir que «es un buen equipo»-, pero no aclararon qué pasará con los huecos vacantes actuales -dos subdirecciones en Humanidades y una en Arte- y una futura subdirección de Fomento de la lengua y cultura valencianas a la que se comprometió Parra con Compromís hace unos meses tras aumentar el presupuestode la institución en 250.000 euros. 

«Tengo 30 años de experiencia, no entro como un elefante en una cacharrería»

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«Estamos evaluando todo eso. Puede que haya una persona nueva, seguramente, porque ese es nuestro compromiso», indicó Parra y, respecto a las otras subdirecciones «se tendrán que cubrir, pero tenemos que sentarnos y consensuarlo, por prudencia». Preguntada si Pilar Tébar podrá elegir a estas personas, la diputada de Cultura contestó: «Claro. Pilar se acaba de incorporar, vamos a darle un margen». A ella le deseó «mucha suerte» y mostró todo su apoyo para «dar un nuevo giro al Instituto».

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