La recuperación de la música como alimento del alma en estos tiempos difíciles y también ofrecer una salida a «los grandes talentos» que trabajan en la provincia son las dos premisas con las que la Orquesta de Cámara Virtuós Mediterrani empezó a levantar el vuelo. «No nos lamentamos, apostamos por reconstruir en este tiempo tan complicado».
Gerardo Estrada Martínez, director de esta agrupación e impulsor de la creación de este orquesta que tiene su sede en la Concatedral de San Nicolás de Alicante, dejó su Venezuela natal para hacer su vida en Minsk, donde sigue siendo director invitado de la Orquesta de la Televisión de Bielorrusia. Comenzó a buscar el sol alicantino durante las vacaciones, participó como violinista en algunos actos musicales de la concatedral y en febrero del año pasado se instaló definitivamente en la ciudad, «justo antes del confinamiento», apunta el músico que acaba de ser nombrado también director principal del Teatro Goldoni de Livorno.
Ya antes había pensado en «cubrir un hueco» respecto a la música de cámara y encontró el apoyo en el templo alicantino, donde se han convertido en orquesta residente. Reunió a 15 músicos de cuerda que viven en la provincia, a los que se suma el organista de la concatedral, Luis Egío, y la pasada Semana Santa ofrecieron su primer concierto, con el Stabat mater de Pergolesi. La respuesta del público hizo pensar a Estrada que había llegado el momento de darse a conocer fuera las paredes de la iglesia.
Y así lo harán mañana, con el primero de los tres conciertos que tienen previsto ofrecer en el Aula de Cultura de la Fundación Mediterráneo en Alicante. Voces para una serenata es el título de esta actuación (19 horas), en la que cuentan con la soprano Carmen Muñoz y el barítono Jorge Páez como solistas, con obras de Sibelius, Vivaldi, Haendel, Verdi, Puccini, Mozart y Tchaikovsky.
«Viendo el éxito del primer concierto decidimos continuar adelante poniendo un poco de valor... somos valientes y hemos decidido programar una pequeña temporada de tres conciertos en el Aula de Cultura», afirma. «Dependemos exclusivamente de la taquilla; es un riesgo que hay que asumir porque creemos en esto, en la música y en que el público alicantino está sediento de manifestaciones culturales». Y recuerda que además de en internet, los interesados pueden comprar la entrada en taquilla el mismo día del concierto, por 18 euros.
«Queremos recalcar esa invitación a que la gente nos acompañe y asista. De esa manera, además de disfrutar de un concierto maravilloso, nos ayuda a nosotros a realizar nuestro trabajo».
También han establecido la entrada solidaria, una especie de fila 0, que se destinará a alumnos del Instituto Gran Vía «que están trabajando en la música y queremos complementar su formación con esta experiencia».
Dice que este proyecto «fue un sueño desde hace años con los músicos que conocí aquí; poder reunirnos y hacer música juntos en una orquesta de cámara», afirma. «Alicante ya tiene bandas y orquesta sinfónica, pero no de cámara; tuvo una hace años que consiguió muy buena reputación y quisimos retomar ese hilo y ofrecer este repertorio al público». Por eso, afirma, «no vengo a competir sino a sumar una alternativa de un repertorio de cuerda en formato de cámara».
El próximo objetivo pasa por rescatar el repertorio de música sacra para interpretarlo en la Concatedral de San Nicolás. «También estamos abiertos a cualquier propuesta que nos lleve por la provincia o la Comunidad; aunque no tenemos ningún tipo de financiación no queremos quedarnos esperando, queremos trabajar. Nuestro trabajo por el momento es hacer música».
La próxima semana, Gerardo Estada marchará a Livorno, donde ofrecerá un concierto con la orquesta del Teatro Goldoni. «El día15 de mayo tengo un concierto allí y luego volveré».
