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Tribuna

El desprecio

La feria del libro de 2019 en Espacio Séneca

El pasado 3 de mayo Manresa presentaba la nueva edición de la Feria del Libro de Alicante, una feria comprometida en ser la mejor en sus propias palabras. Es la de mayor presupuesto, desde luego, pero no está organizada por los anteriores organizadores, que no tuvieron ni la cuarta parte de presupuesto que tiene ahora la empresa adjudicada. Es una empresa que no cuenta con ninguna experiencia en la organización de ferias de libro, pero sí es una empresa de eventos que ya realizó hace meses uno para el PP. Fue la peor valorada de todas, pero era la más barata. Ese es su gran mérito, por lo que parece.

La cosa empezó mal, puesto que el 15 de marzo hicieron una presentación a los libreros sin absolutamente nada organizado, dando un listado de autores o desconocidos o a quienes solo habían llamado para consultar fechas (a dos meses de la feria). Vamos, que si hubieran pronunciado los apellidos Hustdvedt o Murakami, se habrían quedado tan a gusto en ese momento.

A continuación, confirmaron que no gestionaban ni aparcamiento ni patrocinio de hotel ni gratuidad de caseta. Con la que está cayendo sobre el gremio. Los libreros les hicieron saber que aquello no era una fiesta del Ayuntamiento y que una feria del libro sin libreros pues que iba a resultar raro. Dani Simón consiguió permisos de aparcamiento en su primer año como concejal, María Dolores Padilla consiguió un convenio con el Meliá cuando llevaba menos de un año en el puesto. Manresa ya va para dos años de ejercicio, si es que podemos usar tal sustantivo. Los libreros pidieron reducir la feria a un fin de semana dadas las circunstancias de precariedad por la pandemia, a lo cual se negó Manresa.

Finalmente, el 14 de abril pasado ningún librero había firmado todavía, ni sabían dónde se iba a realizar. Sí, hace solo unos días. Dos días después se descubrió que varios autores se habían caído y que en la nómina final había más escritores de Málaga que de Alicante. Por contrato ha de haber ocho «primeras espadas». Hagan ustedes las cuentas según la presentación de ayer.

Ante la ausencia de libreros, el día 27 de abril, a pocos días de la presentación dicen que «a lo mejor» se subvencionan las casetas. A la desesperada. Ya veremos de qué administración procede esa subvención, si de la Concejalía o de otra Administración.

Volvamos al inicio: se presenta la Feria y los medios anuncian que solo hay cuatro escritores alicantinos en la Feria del Libro de Alicante 2021. Contamos con una nómina de escritoras y escritores amplísima que, además, ha editado muy recientemente obra, cosa que debe ignorar totalmente Antonio Manresa. No se le ocurre decir otra cosa al concejal que «los escritores son los que son» o «han venido los que han querido». En Alicante hay escritores como Mariano Sánchez Soler, que presentó no hace ni tres meses nueva obra y ha sido hace unos días finalista de los premios de la Crítica Valenciana, además de ser autor de más de ochenta títulos. O Gerardo Muñoz, que presenta tres libros en estas fechas -presentó en Campello (!) hace pocos días uno de ellos-, y que también cuenta con una larga lista de tomos publicados. O los periodistas Mario Martínez y Emilio Soler, que publicaron una joya de ensayo sobre El hombre tranquilo recientemente. También está nuestra flamante Premio Nacional de Literatura Infantil Juvenil, Elia Barceló. O Lola Blasco, Premio Nacional de Literatura Dramática, que fue invitada hace unos meses a participar a la Feria del Libro de Guadalajara, pero la Guadalajara de México. O Chus Sánchez, que ha presentado libro mientras la empresa adjudicataria organizaba esta edición sin al parecer enterarse. O Juan Antonio Ríos, con un nuevo ensayo en enero pasado, o los poetas Juan Ramón Torregrosa, también finalista de los premios de la Crítica Valenciana hace unos días con Loción de lengua, o José Luis Ferris, premio Azorín y Adonáis, que presentó hace un mes su antología poética, o Agustín Pérez Leal, Premio internacional Gerardo Diego; o Josi Alvarado, que ganó el premio de la SGAE de literatura LGTBI y ha sido también finalista en los premios de la crítica valenciana, o Pilar Blanco Díaz. O Mateo Darrán, con nueva novela esta temporada, o la reciente ganadora del Planeta Eva García Sáenz de Urturi, o Fernando Parra Nogueras, que publicó en enero El antropoide; o Eduardo Boix... Y estos no son los que son, porque hay muchos y muchas más. Y no han ido no porque no les hayan invitado, sino porque Manresa seguramente no sabe ni que existen. Hay muchos municipios que no pueden permitirse una feria del libro y Alicante ha de ser su feria capital.

Pero quizá lo más sangrante de todo es que hace muy poco catorce escritoras y escritores alicantinos (algunos ya citados arriba) publicaron el libro de relatos solidario por la pandemia Todo era marzo y tampoco se les ha invitado a participar para fomentar unas ventas cuyo 100% de beneficio va destinado a Alicante Gastronómica Solidaria.

Si por lo menos Manresa hubiera exhibido algo de humildad, no merecería sacarle todas estas cuentas ahora. Si no se hubiera defendido atacando, como siempre, quizá podríamos ser condescendientes con él perdonando que esté muy lejos de la capacitación de la responsabilidad que, stricto sensu, detenta. Pero no, Manresa se exhibe como pavo real y desprecia a las y los escritores de Alicante diciendo en pocas palabras que no hay más de lo que vemos, y echando sobre ellos la responsabilidad de que la Feria no sea mejor. Como si los escritores fueran rivales en un tatami. Tratándonos a todos de tontos y tontas.

Me consta que un buen número de escritores se ha indignado con su desprecio, con su torpeza lamentable y están considerando pronunciarse. No sé si lo harán o dejarán por imposible una administración cultural local desconsolados y claudicantes. Espero que, con pronunciamiento o sin él, se abra un debate de lo que esta ciudad debe exigir en el mapa de la Cultura española y lo que hay que hacer para no tener que aguantar un Manresa más en el sillón de la Cultura.

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