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Ver, oír y no tragar

Ana Fernández, en El grito. LEAFHOPPER-David Simón & Blanca Galindo

El grito

TEATRO PRINCIPAL DE ALICANTE

***

Dramaturgia: Itziar Pascual y Amaranta Osorio

Dirección: Adriana Roffi 

Como dice el subtítulo, «Una historia sobre la verdad». Basándose en hechos reales muy concretos, en el drama de una mujer con dificultades y a la que nadie cree, la española Itziar Pascual y la mexicana Amaranta Osorio han vuelto a escribir conjuntamente y son autoras de «El grito», voz que representa la batalla de ella durante ocho años para demostrar, casi sin pruebas, que ha sido víctima del error de una clínica de fertilidad, ya que al fecundar sus óvulos, quedando embarazada de mellizos, se utilizó un semen que no es el de su pareja, quien la abandona creyendo que la joven le ha sido infiel. Este es el eficaz actor Óscar Codesido.     

La protagonista Nuria García lleva a efecto su trabajo intensamente, con dolor, indignación y ternura. No tiene empleo y debe atender a su madre enferma, personaje que asume Ana Fernández con visible propiedad. La desenvoltura de la abogada depende de Lucía Barrado. La jueza, Carlota Ferrer, es un papel menor que, eso sí, demanda sobriedad, y Pablo Turégano y Alberto Iglesias son los otros dos varones bajo la óptica de la mezquindad o la negligencia.    

El conjunto pone en acción el buen y necesario objetivo de llevar esto a las tablas con un desarrollo dramático bien estructurado y una amplia serie de ágiles pasajes en la escenografía, que admite varios espacios. Inicialmente, ella recuerda los hechos conmovedores e indignantes y se van representando. El realismo, que reproduce situaciones o procesos sociales, se fusiona con un diseño eminentemente teatral, reforzado por la suave trompeta de Iglesias y la voz de Ferrer como amarga poética musical en pequeñas dosis.   

Se estimulan el análisis, la reflexión y la crítica. Y al apoyarse el texto en fuentes auténticas, la obra se acerca al teatro documental sin dejar de tener el carácter de la ficción. Por tanto, las escenas dirigidas por Adriana Roffi adquieren la relevancia y la dimensión teatral y social que la temática requiere y el público necesita.  

Bienvenido sea homenajear y apoyar a las mujeres tenaces que necesitan aliento y defender la igualdad, la dignidad de las personas y los derechos básicos. Gritar para que se oiga siempre que impere la razón. No es ningún secreto que la víctima, finalmente, ganó el caso que «El grito» acoge. Una señal de superación y lucha en beneficio de todos.     

Al margen de que el cine haya utilizado este título varias veces con cuestiones muy diferentes, es el mismo que el pintor noruego Edvard Munch puso a cuatro versiones de su simbólico cuadro de finales del siglo XIX, el famoso icono cultural del movimiento expresionista, que evoca una profunda desesperación. Amor, odio, deseo y angustia. Las pasiones de esta gran sinfonía de la existencia en consonancia con la obra representada en el Principal de Alicante ante no muy numerosos espectadores.      

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