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Carrère, el autor de la no ficción: «Contar nuestras miserias es muy sano»

El escritor francés, Premio Princesa de Asturias de las Letras, no considera ni grave ni importante sacrificar su intimidad en sus libros

Emmanuel Carrère en una imagen reciente tomada en Suiza. | EFE

El escritor y guionista francés Emmanuel Carrère (París, 1957) fue galardonado ayer con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2021, al que optaban treinta y tres candidaturas de veinte nacionalidades, por una obra «personalísima y generadora de un nuevo espacio de expresión que borra las fronteras entre la realidad y la ficción».

El jurado destacó que Carrère ha contribuido «al desenmascaramiento de la condición humana» mediante un retrato incisivo de la sociedad actual con una obra que disecciona la realidad «de manera implacable». Además, incidió en que el segundo autor francés que obtiene el galardón tras la novelista Fred Vargas, en 2018, ha ejercido una notable influencia en la literatura contemporánea y ha mostrado «un fuerte compromiso con la escritura como vocación inseparable de la propia vida»

Carrère, que siempre ha navegado entre la ficción y la autoficción, señaló ayer que no le molesta utilizar su vida como material literario porque contar las miserias «es bastante sano».

«Tengo la impresión de que lo que puedo contar de mí es un poco nuestra miseria ordinaria común, aunque se manifiesta de forma diferente en cada uno. Creo que siempre es muy sano contarla», dijo en una conferencia de prensa virtual organizada por Anagrama.

Carrère (París, 1957) se hizo un nombre en la cultura popular con El adversario (2000), con la que noveló la vida y el pensamiento del asesino Jean-Claude Romand, y entre sus obras de no ficción figuran también Una novela rusa, De vidas ajenas, Limónov, El Reino y su último libro, Yoga.

De este último debió eliminar algunos extractos después de que su exmujer no le diera su consentimiento para salir mencionada: «Fue una situación muy excepcional y no hay razón para que se repita», explicó el literato, según el cual en el futuro tendrá más prudencia no a la hora de hablar de alguien, sino de asumir ese tipo de acuerdos previos.

Escribir, señaló, es el centro de su vida. «Como no escribo verdaderamente sobre la ficción, la realidad de mi vida está muy estrechamente ligada a lo que puedo contar, pero creo que un buen escritor, aunque escriba ficción o una epopeya, está igual de comprometido con su trabajo».

Esa frontera difuminada entre lo que vive y lo que relata implica un cierto sacrificio de su intimidad, según confesó, pero no le importa: «No es tan grave», señaló un autor que ha hablado de su depresión o de sus sentimientos religiosos. Carrère dice tener la sensación de ser «un retratista» y aunque le cuesta encontrar un hilo conductor en su trayectoria, busca con su trabajo «ser un poco más libre, más inteligente, entender mejor lo que me rodea y a mí mismo».

«Escribir libros es una especie de vehículo para conseguir eso», recalca un escritor que agradeció a la organización del Princesa de Asturias no haberle mantenido mucho tiempo en la incertidumbre: este martes le escribieron para preguntarle si aceptaba recibirlo en caso de ser galardonado, y una llamada se lo confirmó hoy poco antes de hacerse oficial.

Reconoció no haber estado nunca en Asturias, pero sí tener una conexión profunda con ciertos autores españoles: lee todos los libros de Enrique Vila-Matas «como si fuera a ver a un amigo, escriba lo que escriba»; Javier Cercas le gusta «mucho», o «La ridícula idea de no volver a verte», de Rosa Montero, le «conmocionó».

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