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Cierre con Ravel y Mahler

Denis Kozhukhin será piano solista con la ADDA-Simfònica

El pianista Denis Kozhukhin.

Maurice Ravel

(Ciboure, País Vasco francés,1875-París, 1937)

La Valse, poema coreográfico para orquesta

En una carta fechada en febrero de 1906 a su amigo Jean Marnold expresa Ravel su deseo de componer un gran vals en homenaje a la memoria de Johann Strauss. Ravel conserva en su cabeza esta idea que aborda en 1919, dos años después de su regreso del frente de batalla en la I Guerra Mundial. Diaghilev, pese a las tensiones que tuvo con Ravel por su Dafnis y Cloe, le anima a convertir la idea del homenaje al vals vienés en un poema coreográfico que los Ballets Rusos pensaban incluir en la temporada 1920-21. Se estrenó el 12 de diciembre de 1920 en los Conciertos Lamoureux, en París. Hubo que esperar al 23 de mayo de 1929 para que el ballet apareciese en la Ópera de París gracias a los cuidados de la célebre Ida Rubinstein.

Concierto para piano y orquesta

El crítico francés Michel Parouty define este concierto como una obra original y maestra de Ravel por la investigación en la escritura pianística y la lujuria de su orquestación. Los dos conciertos para piano, éste en Sol mayor y el Concierto para la mano izquierda en Re mayor, fueron concebidos por Ravel simultáneamente hacia finales del año 1929, a su regreso de un viaje de cinco meses por Estados Unidos donde le impresionó la música de jazz. El que escucharemos hoy fue terminado en el otoño de 1931 y estrenado 1932 en París,bajo la dirección de Ravel.

Bolero para orquesta

La bailarina Ida Rubinstein pidió a Ravel en 1927 que orquestara para ballet algunas páginas de Isaac Albéniz, que finalmente abordaría otro compositor. Pero a Ravel le atrajo la idea de componer una nueva obra en forma de bolero, atraído por su ritmo repetitivo. El 22 de diciembre de 1927, en la Ópera de París, bailó el Bolero Ida Rubinstein. Y el 11 de enero de 1930, en París, fue el propio autor quien la dirigió como composición orquestal. «He aquí una pieza que los grandes conciertos del domingo no se atreverán a inscribir en sus programas», dijo Ravel. Hoy ya sabemos que el Bolero, que cerrará el concierto de hoy, ha desafiado al tiempo y al pronóstico de su autor.

Gustav Mahler

(Kaliste, Bohemia 1860-Viena, 1911)

Adagio de la Sinfonía número 10, en fa sostenido mayor

Diez años después de la muerte de Mahler, el 18 de mayo de 1911, se oyó hablar de su Décima Sinfonía, iniciada durante el verano de 1910 y que quedó inacabada. Es más, se llegó a publicar que Mahler había expresado su deseo de que todos los bocetos fueran quemados. En 1924 fue su viuda, Alma Mahler, quien publicó del facsímil los bocetos de una obra que Mahler pensó en cinco movimientos. A la muerte de Mahler sólo estaba concluido el adagio inicial y, a falta de los compases finales, el alegreto (Purgatorio) central. Durante el verano de 1910, Mahler vivió una crisis conyugal grave que fue la causa de que no finalizara la Décima. La Sociedad Internacional Gustav Mahler publicó en 1960 una edición crítica del Adagio siguiendo fielmente el facsímil de la partitura. El único movimiento verdaderamente acabado por Mahler es, en opinión de Marc Vignal, una página «austera, destacada, de sonoridades cortantes y huidizas a la vez, que no tiene nada que envidiar a los mejores momentos de la Novena Sinfonía». El Adagio concluye con un pizzicato de las cuerdas graves tras un pianíssimo de los violines y las flautas.

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