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Un cómic para conocer mejor a Miguel Hernández

Román López Cabrera dibuja y narra la vida del poeta oriolano a través de curiosidades y anécdotas desde 1933, cuando conoció a Josefina, hasta su papel en la guerra y su estancia en diferentes cárceles

Viñetas en las que el autor recoge el momento en el que conoció a Josefina y el último encuentro con Pablo Neruda. | ISRAEL SÁNCHEZ

A los 15 años le gustaba Viento del pueblo, pero ahora, a sus 32, dice que es más del Cancionero y romancero de ausencias. El que habla es el ilustrador murciano Román López Cabrera (Jacarilla, 1988) que ha recogido en un cómic la vida y trayectoria de Miguel Hernández, aunque centrándose en anécdotas o aspectos menos conocidos. «He intentado dejar claro que sus aspiraciones básicas eran ser poeta y ser padre; luego está el Miguel comprometido con sus principios».

Miguel Hernández. Piedra Viva, que se presenta hoy a las 19 horas en el Centro Social Carmen Garrigós de Ibi, es el título de este volumen que quiere ser biográfico, pero «con los puntos más indispensables de su vida», aunque «me he centrado sobre todo en la parte de la guerra y de las cárceles». La historia arranca en 1933, cuando empieza su noviazgo con Josefina Manresa, y va deteniéndose a través de las viñetas en su vida, o más bien en algunos aspectos de ella. «Hay hechos en los que paso de puntillas porque hay que seleccionar. Toda la parte de la intelectualidad de Madrid, su relación con Neruda o Aleixandre daría para un cómic entero».

Por eso, asegura este licenciado en Bellas Artes, «me quise centrar sobre todo en esa parte de la guerra y la cárcel porque me parece de lo más destacado de su vida y también de los más desconocido porque todo el mundo sabe que fue a la guerra y formó parte de la intelectualidad y que murió en una cárcel, pero hay anécdotas de ese periodo que no se saben».

Román López, con el cómic Miguel Hernández. Piedra viva.

Si tiene que destacar algo de esta obra, habla de curiosidades y anécdotas. «Los hechos son hechos, pero me parecía muy interesante aportar cosas más desconocidas». Como sus conversaciones con Josefina o las escenas en la cárcel en las que se enfrenta a algún preso por temas ideológicos. Y eso todo en viñetas. «Eso es lo que define el carácter de Miguel y la relación con su entorno». A partir de ahí, «me hice el esquema de mi propio Miguel; lo que no quería es que el cómic fuera una sucesión de calcos de las fotos clásicas que tenemos en la memoria y al final haces tu propio personaje».

El trabajo de documentación ha sido largo. A pesar de que López Cabrera es un hernandiano desde la adolescencia. Tanto que en 2013 ya editó un cómic sobre el poeta oriolano, La fontana eterna, «aunque era una aproximación muy somera». En este caso, sin embargo, han sido ocho meses «de dedicación casi absoluta» los empleados en preparar el cómic. Entre marzo de 2020 y febrero de este año «cuando entregué el libro».

Y mientras lo hacía, cumplió los mismos años que tenía el poeta cuando murió. «Es un poco absurdo a lo mejor, pero a mí me dejó un poco tocado; pensaba en qué había hecho Miguel en 31 años y qué he hecho yo. Y de repente eres mayor que tu ídolo. Es una sensación muy rara. Te preguntas qué pensaría al leer el cómic».

Un cómic para conocer mejor a Miguel Hernández

Las fuentes han sido muchas. Por eso, «me empeñé» en que el cómic llevara al final una bibliografía que ocupa dos páginas. «Pero si tuviera que decir los imprescindibles, pues sobre todo la nueva edición de la biografía de Ferris,; El oficio de poeta, de Eutimio Martín, para alguna anécdota suelta; el libro de recuerdos de Josefina Manresa; las Crónicas de la Guerra Civil, del propio Miguel, y las obras completas de Jesucristo Riquelme».

El prólogo lo firma José Luis Ferris, biógrafo de Miguel Hernández, y hay dos epílogos que han escrito Aitor Larrabide, director de la Fundación Miguel Hernández, y José Carlos Rovira, catedrático de la Universidad de Alicante. «Me apetecía acabar rodeado de amigos», afirma.

«Estoy casi seguro de que a este nivel tan exhaustivo va a ser lo último que haga en muchos año», afirma, «aunque seguiré haciendo cosas sobre Miguel; acabaré musicando más poemas e iré yendo donde me llamen para hablar de él, pero este cómic es la culminación de mi trayectoria con el poeta». Aunque, asegura, «Miguel Hernández es inagotable».

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