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CINE Ian de la Rosa Primer premio del Festival Internacional de cine de Elche

«Farrucas se cuenta desde dentro para romper prejuicios»

Ian de la Rosa en la plaza de La Glorieta de Elche horas antes de la gala de clausura del FICIE Matías Segarra

¿Qué siente al volver a recibir en Elche el primer premio cinco años después?

Evidentemente es un honor y un privilegio. Sabía que habíamos ganado con Víctor XX y en esa ocasión no pude asistir. Cuando me dijeron que estaba seleccionado, la verdad es que totalmente sorprendido e infinitamente agradecido que las dos veces que nos hemos presentado Elche haya apostado tan fuerte, me siento muy arropado.

Ian de la Rosa en Elche, horas antes de recibir el primer galardón. | MATÍAS SEGARRA Matías Segarra

¿De donde viene Farrucas?

Es un relato de cuatro chicas del barrio de El Puche, de los más antiguos de Almería. El pilar ha sido la convivencia y mirar de cerca rompiendo paternalismos. Conocí a Hadoum, Fátima, Sheima y Sokayna en ese barrio, me encantaron, me enamoró la forma que tenían de apoyarse las unas a las otras. Habla de esa sororidad que viene de una necesidad. No pertenezco a este barrio ni a la misma clase social que predomina allí y corres mucho el riesgo de exotizar. Se han hecho muchas películas que casi se acercan al cliché y queríamos aproximarnos desde el interior con las cuatro protagonistas, que no son actrices y hacen de ellas mismas. Me interesaba retratar esa mezcla de culturas y tradiciones, de lenguas, religiones, de música y de cantos que hay dentro de estos 17 minutos.

Ha querido contar una realidad desde dentro para dar luz a lo invisible...

Puede romper prejuicios. Soy consciente de que habrá un público reducido, y no porque no sea para todo el público, pero es más complicada la difusión de los cortometrajes aunque se puede ver en Movistar + y podemos difundirlo. Reflexiono del concepto de la identidad, está muy presente en Farrucas porque tienen que lidiar por su background social, identitario. Yo como persona trans enarbolo que para poder visibilizarme, poder decir que aquí estoy necesito la identidad, y lo racial es un arma de doble filo porque se puede convertir en una cárcel. El problema tal y como lo veo es que estamos enclaustradas en una lucha identitaria. Si miras a la política lo que sucede con las comunidades es de una forma arrojadiza y destructiva, y no digo que cada persona no tenga su identidad, el problema es cuando esto se utiliza para enfrentarnos, cuando no hay nada excluyente en que tú te sientas de una manera y yo de otra.

Su primer trabajo Víctor XX llegó a festivales como Cannes. ¿Qué repercusión tuvo su victoria en Elche?

El festival de Elche creo que está bastante consolidado y en el mundo del cortometraje se conoce bastante. Ganar aquí es importante porque puedes hacer candidatura de Goya. Tuvimos la suerte de ir de empujón tras empujón porque veníamos de Cannes y empiezas muy arriba, todo lo demás es una confirmación con una ola distinta. En Farrucas la historia es distinta y Elche ha sido el primer gran empujón.

Está dando el salto a dos largometrajes. ¿Hacia donde girarán?

Estoy coescribiendo junto Anxos Fazans, directora gallega, su segundo largometraje Líneas discontinuas en la incubadora de la ECAM y estoy desarrollando mi primer largometraje. Lo quiero rodar en Almería, sería mezclar el universo de Víctor XX y Farrucas y contar una historia de amor entre invernaderos en los campos de Níjar.

Ha estado en el equipo de guionistas de la encumbrada serie Veneno. ¿Cree que es momento de más visibilidad trans masculina?

Estar en Veneno fue maravilloso y estoy contento de que haya traspasado las fronteras de la península, pero también hay una completa falta de referentes de personas trans masculinas. No existimos en el imaginario colectivo y afecta además de ser invisibles a tener que hacer pedagogía, te tienes que presentar y casi inventar de cara a los demás. No sé si podría decir que es mi lucha, lo que sucede es que al ser trans y como ser humano me gusta ver algo que pueda identificar en las pantallas, ver una historia parecida a la mía en la pantalla, y es inevitable hablar de ti mismo en las cosas que generas.

¿Qué siente al volver a recibir en Elche el primer premio cinco años después?

Evidentemente es un honor y un privilegio. Sabía que habíamos ganado con Víctor XX y en esa ocasión no pude asistir. Cuando me dijeron que estaba seleccionado, la verdad es que totalmente sorprendido e infinitamente agradecido que las dos veces que nos hemos presentado Elche haya apostado tan fuerte, me siento muy arropado.

¿De donde viene Farrucas?

Es un relato de cuatro chicas del barrio de El Puche, de los más antiguos de Almería. El pilar ha sido la convivencia y mirar de cerca rompiendo paternalismos. Conocí a Hadoum, Fátima, Sheima y Sokayna en ese barrio, me encantaron, me enamoró la forma que tenían de apoyarse las unas a las otras. Habla de esa sororidad que viene de una necesidad. No pertenezco a este barrio ni a la misma clase social que predomina allí y corres mucho el riesgo de exotizar. Se han hecho muchas películas que casi se acercan al cliché y queríamos aproximarnos desde el interior con las cuatro protagonistas, que no son actrices y hacen de ellas mismas. Me interesaba retratar esa mezcla de culturas y tradiciones, de lenguas, religiones, de música y de cantos que hay dentro de estos 17 minutos.

Ha querido contar una realidad desde dentro para dar luz a lo invisible...

Puede romper prejuicios. Soy consciente de que habrá un público reducido, y no porque no sea para todo el público, pero es más complicada la difusión de los cortometrajes aunque se puede ver en Movistar + y podemos difundirlo. Reflexiono del concepto de la identidad, está muy presente en Farrucas porque tienen que lidiar por su background social, identitario. Yo como persona trans enarbolo que para poder visibilizarme, poder decir que aquí estoy necesito la identidad, y lo racial es un arma de doble filo porque se puede convertir en una cárcel. El problema tal y como lo veo es que estamos enclaustradas en una lucha identitaria. Si miras a la política lo que sucede con las comunidades es de una forma arrojadiza y destructiva, y no digo que cada persona no tenga su identidad, el problema es cuando esto se utiliza para enfrentarnos, cuando no hay nada excluyente en que tú te sientas de una manera y yo de otra.

Su primer trabajo Víctor XX llegó a festivales como Cannes. ¿Qué repercusión tuvo su victoria en Elche?

El festival de Elche creo que está bastante consolidado y en el mundo del cortometraje se conoce bastante. Ganar aquí es importante porque puedes hacer candidatura de Goya. Tuvimos la suerte de ir de empujón tras empujón porque veníamos de Cannes y empiezas muy arriba, todo lo demás es una confirmación con una ola distinta. En Farrucas la historia es distinta y Elche ha sido el primer gran empujón.

Está dando el salto a dos largometrajes. ¿Hacia donde girarán?

Estoy coescribiendo junto Anxos Fazans, directora gallega, su segundo largometraje Líneas discontinuas en la incubadora de la ECAM y estoy desarrollando mi primer largometraje. Lo quiero rodar en Almería, sería mezclar el universo de Víctor XX y Farrucas y contar una historia de amor entre invernaderos en los campos de Níjar.

Ha estado en el equipo de guionistas de la encumbrada serie Veneno. ¿Cree que es momento de más visibilidad trans masculina?

Estar en Veneno fue maravilloso y estoy contento de que haya traspasado las fronteras de la península, pero también hay una completa falta de referentes de personas trans masculinas. No existimos en el imaginario colectivo y afecta además de ser invisibles a tener que hacer pedagogía, te tienes que presentar y casi inventar de cara a los demás. No sé si podría decir que es mi lucha, lo que sucede es que al ser trans y como ser humano me gusta ver algo que pueda identificar en las pantallas, ver una historia parecida a la mía en la pantalla, y es inevitable hablar de ti mismo en las cosas que generas.

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