Cuentan, quienes lo conocían que, para Pablo Picasso, su sobrino Javier Vilató, que siguió su estela como pintor, era como el hijo artista que nunca tuvo. Encuadrado en la escuela de París, y autor de una extensa obra con raíces cubistas contagiada de la exuberancia mediterránea, se afincó en la capital francesa en 1946.
El artista, nacido en Barcelona en 1921, realizó una vasta obra, que abarca el óleo, grabado, dibujo, relieve y cerámica, entre otras técnicas, también escultura. En su pintura cabe destacar el influjo de su tío Pablo Picasso, con el que fue, durante los años cuarenta, poco menos que inseparable, llegando, incluso, a realizar un óleo a medias, mano a mano.
Pero sus cuadros, expuestos en las más importantes pinacotecas del mundo como el Museo Nacional Reina Sofía de Madrid, el Centre Georges Pompidou de París, el Museum of Modern Art de Nueva York o los museos de Jerusalén o Johannesburgo, también tienen mucha influencia de la Vega Baja, una comarca que conocía muy bien y donde pasaba largos veranos en su casa de Almoradí.
El artista adquirió en 1970 esta vivienda al sur del término municipal de Almoradí, de la que su familia aún es propietaria, y a lo largo de casi treinta años -prácticamente hasta su fallecimiento en el 2000- pasó largas temporadas , en concreto en la finca «Lo Mompeán», donde se inspiró para pintar algunos de sus cuadros más conocidos en los que no faltan referencias a la Vega Baja, y a los paisajes de su entorno y a lo que a él le gustaba mucho, la luz levantina.
El artista buscaba la inspiración en la finca «Lo Mompeán» sin luz, agua ni teléfono, para «aislarse del mundo»
De hecho, uno de sus cuadros más conocidos lleva por título "La Vega Baja". También aparecen en su obra Torrevieja, Torremendo, las playas de La Mata, las salinas torrevejenses, la finca «La Coronela» o los aljibes tan característicos de esta comarca. «Pasaba dos o tres meses cada verano en Almoradí, donde decía que venía a aislarse del mundo», explica el historiador y edil de Almoradí José Antonio Latorre. Y así lo hacía. Vilató pasó los largos meses estivales en la finca «Lo Mompeán» sin luz, agua, ni teléfono, junto a su pareja Marianne. Eso le servía para no desconcentrarse ni perder la inspiración.
Almoradí quiere reconocer ese tiempo que pasaba en la localidad y, con motivo del cien aniversario de su nacimiento y coincidiendo con la inauguración de la sala de exposiciones que el Ayuntamiento está ultimando, el Consistorio prepara para este próximo otoño la exposición "100 obras para un centenario". Un homenaje a Javier Vilató, cuyos trabajos y bajo el mismo título expositivo, serán mostrados también, de manera simultánea, en el Museo Casa Natal Picasso y Centre Pompidou de Málaga, en el Museo del Grabado Español Contemporáneo en Marbella y en el Museu Picasso de Barcelona.
"100 obras para un centenario" contará con una treintena de cuadros, muchos inspirados en la comarca y sus paisajes
La exposición que se va a poder ver en Almoradí va a estar comisariada por el también artista Francisco Sánchez Soria y contará con una treintena de obras cedidas por la familia del pintor. «La familia se sentía olvidada por la Vega Baja; a pesar de las referencias a la comarca en la obra de Vilató, nunca se le había valorado aquí, y ahora se han llevado una gran alegría cuando les trasladamos la intención de hacer una exposición, y nos lo han puesto todo muy fácil», dice Latorre. Su obra, muy «picassiana», aunque nunca quiso que se le comparara con su tío Pablo Picasso, ahora se podrá admirar en la que fue su segunda casa.
