Año y medio después de su cierre, el Museo de Aguas de Alicante acaba de reabrir sus puertas al público tras un proceso de readaptación y modernización del espacio aprovechando el tiempo muerto por la pandemia. Ahora, este centro divulgativo y museístico ubicado en pleno casco antiguo de Alicante (plaza del Puente) inicia de nuevo la actividad cultural en el museo y en los Pozos de Garrigós, los antiguos aljibes contiguos, que tiene como plato fuerte una exposición del artista alicantino Aurelio Ayela, Hipogea, el hueco interior, que se inaugurará el próximo 14 de octubre y permanecerá instalada durante tres meses.
El Museo de Aguas tiene como fin principal concienciar medioambientalmente del ciclo integral del agua y recordar la historia de la llegada del agua a Alicante de forma fácil, algo que se complementa con la oferta cultural programada en sus instalaciones, que pretende «aunar tradición, ciencia, literatura, arte, fiestas, barrios y Navidad», señaló ayer Martín Sanz, director de comunicación de Aguas de Alicante, en la presentación de la programación prevista para el último cuatrimestre del año, donde caben los conciertos de jazz, espectáculos de títeres, presentaciones de libros o incluso escape rooms.
La programación cultural se inicia esta misma semana, el 24 de septiembre, con la presentación del libro de la Federación de Moros y Cristianos de Alicante, editado con motivo de su 25 aniversario. Ese mismo día, por la tarde, el Museo de Aguas de Alicante será el punto de partida de una ruta por el Benacantil y el Castillo de Santa Bárbara de la Noche Europea de las Investigadoras, una cita que se celebra simultáneamente con actividades en más de 300 ciudades europeas.
El museo también colabora en la primera edición de Alicante Noir, festival dedicado a la novela negra del 23 al 25 de este mismo mes, con un juego de escape room para público de 6 a 12 años, denominado Club de detectives, donde los pequeños se introducirán en la práctica de la investigación policial y criminalística.
Los primeros domingos de cada mes se retoma la agenda cultural con espectáculos para todos los públicos, que incluirá un montaje de títeres el 3 de octubre; un concierto de jazz, el 7 de noviembre, a cargo del grupo Acustic Band, formado por Cintia Mateo, Ariel Campos, Héctor Volpe y Tano León, con clásicos del jazz y el blues; y el acto de bienvenida a la Navidad el 12 de diciembre con la llegada de Papa Noel para recoger las cartas de niños y niñas y la puesta del árbol navideño.
«Aliados con los vecinos del barrio y abiertos a cualquier propuesta de asociaciones y entidades que lo necesiten», recordó Sanz, el museo colabora de forma habitual con la Hoguera Puente Villavieja, cuyo presidente, Carlos Benabeu, indicó que el 17 de octubre presentarán allí el llibret de este año, así como los bocetos de la próxima hoguera, el 14 de noviembre, que esperan plantar las próximas fiestas, mientras que el 28 de noviembre inaugurarán el tradicional belén que queda expuesto hasta el mes de enero en el museo.
Por su parte, el artista Aurelio Ayela protagoniza la segunda edición del ciclo Arte y Medio Ambiente, iniciado en 2019, con la exposición en los Pozos de Garrigós de Hipogea, el hueco interior, un proyecto que debía haberse inaugurado precisamente en marzo de 2020, cuando irrumpió la pandemia y el mundo se paró. «Retomo algo muy emocionante, un proyecto ambicioso y un reto en un espacio con tanta personalidad y resonancia que casi parece un sacrilegio», avanzó Ayela sobre su proyecto, compuesto por tres instalaciones diferenciadas y unidas entre sí en las tres cavidades de los pozos, concebidas específicamente para estos espacios, que tienen un peso simbólico fuerte (hipogeo es un tipo de construcción arqueológica subterránea). A través de material fotoluminiscente como nexo, Ayela plantea dos esculturas y una videoproyección.
El arte como experiencia
El artista alicantino no quiso detallar en exceso el proyecto, ya que su esfuerzo, indicó, se dirige a «que el arte sea una experiencia, sin condicionarlo a ningún discurso», pero sí apuntó que ahonda en «la relación de la naturaleza y el hombre a través de la religión y el elemento místico» y plantea una reflexión entre las «tensiones y sinergias» que existen entre la ciencia, la religión y la naturaleza y el modo en el que el ser humano se relaciona con el entorno y el medio natural.
