No fue hasta el infinito, pero sí más allá, hasta el círculo polar ártico al Norte de Siberia. Y lo hizo en Harley y en solitario. 20.000 kilómetros, uno tras otro, por carreteras insondables, con frío, lluvia y viento, hacia un lugar donde solo un aventurero inquieto puede dirigir su mirada. Así es Manuel Lorenzo, fotorreportero afincado en Alicante, que empezó viendo vídeos «raros» que pasan por esa zona y acabó haciendo un viaje inolvidable.
Fruto de esa peregrinación sobre dos ruedas surge Sigue, sigue, Sputnik, una exposición que se inaugura mañana en la Lonja de Alicante, donde Lorenzo reúne una selección de fotografías, muchas de ellas sacadas de los vídeos que rodó a lo largo del camino, y que quiere mostrar emulando los espacios que se encontró en los lugares que visitó.
«No fue nada melancólico ni la búsqueda de notoriedad ni postureos ni conocerme a mí mismo ni ninguna chorrada por el estilo. Sólo la inquietud, la necesidad de saber de primera mano qué hay donde nadie dice qué es lo que hay», asegura el fotógrafo.
«Pasear a una esquimal que nunca había visto una moto salvo en películas, ser acogido por los pocos moteros siberianos como uno más en sus casas, encontrarte con la gente más solidaria del planeta, romper el embrague en medio de la nada en la tundra y que de repente aparezca alguien, fabrique uno para ti, no te cobre y te dé casa, comida y te diga que al perder un día de viaje coincides con uno de los pocos festivales moteros que hay en el norte de Siberia». Todo eso y mucho más vivió Lorenzo en esta aventura.
Y para mostrarlo, ha emulado en la sala de exposiciones un motoclub siberiano, con fotos tamaño viaje. «Es lo mas parecido a lo que sería el Nur Club de motos de Urengoi y las fotos muestran una trayectoria de las experiencias más relevantes de lo que fue el viaje», apunta.
La muestra se completa con tres vídeos en bucle del final de la carretera «con la tundra y el sol de media noche» en el círculo polar ártico, «una muestra de cómo son allí las carreteras y el paisaje» y otro con momentos «con los verdaderos protagonistas del viaje: la gente y la moto». Por cierto, la Harley también estará en la sala.
