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Lil Nas X: el rapero gay y blasfemo que reina en la generación Z

La estrella que ha hecho del troleo una eficaz herramienta de 'marketing' figura en el top-5 de todas las listas de éxitos | Negro y queer, se niega a convertirse en activista e incluso critica "la misoginia interiorizada en el colectivo LGTBI"

El rapero Lil NasX.

Con una estética cuidada, un tema congruente y una perfomance algo tímida, Lil Nas X saltó a la palestra pública en 2018 con su debut, 'Old Town Road', un sencillo autoproducido que fue un 'hit' instantáneo en prácticamente todo el mundo, incluida España. Enmarcado en pleno auge del movimiento de reapropiación del country –arquetipo cultural de hombretones blancos– hacia un movimiento más queer, feminista y negro, el tema arrasó. Y, aun así, muchos críticos musicales no dudaron en etiquetar al rapero de 'estrella de un solo tema', pensando que su fenómeno se deshincharía rápidamente. 

Pero si comparamos al Lil Nas X de 2021 con aquel jovencísimo rapero que se enfrentaba al estrellato con modestia y cierto pudor, tendríamos esa sensación de '¿y tú quién eres?' cuando, tras un tiempo sin ver al hijo de un amigo, nos topamos con que se ha convertido en un adolescente que ya no quiere estar en la mesa de los niños. 

Cuatro años después de su debut, Lil Nas X no solo cuenta con dos Grammy a sus espaldas y millones de seguidores en todas sus redes sociales, sino que también se ha enfrascado en decenas de polémicas, denuncias, acusaciones de satanismo y amagos de cancelación. Así que ha demostrado que, además del poco ojo de los que lo etiquetaron de fiesta de una noche, es un nuevo fenómeno de masas.

De tímido a trol

El cambio de actitud entre el artista reservado y su actual y arriesgada faceta de trol se dio tras su salida del armario y la lluvia de opiniones que generó, desde aquellos que querían deslegitimar su pertinencia al movimiento rap y hip-hop hasta aquellos que, o dudaban de su sexualidad y la exponían como estrategia de 'marketing', o esperaban de él un activismo por ser negro y queer que no le apetecía ofrecer (por ejemplo, en un famoso tuit aseguró: "Me gustan los penes. No hay ninguna otra lectura más profunda").  

Por puro hartazgo, Lil Nas X decidió vivir su sexualidad de forma pública e histriónica, lo cual quedó demostrado en su segundo número uno, 'Montero (Call Me By Your Name'), donde hacía 'pole dancing' con una barra que lo llevaba hasta el infierno y perreaba a Satanás. La reacción ultraconservadora fue brutal (grupos neonazis lo señalaron), y hasta se enfrascó en un proceso judicial con Nike por vender unas bambas tuneadas con motivos satánicos y sangre humana cuya distribución la marca no había autorizado y a la cual estaban haciendo boicot "por promocionar el satanismo queer".

Oídos sordos al reproche 

Pero, además, la actitud pasota ante cualquier reproche moral con la que promocionó el sencillo empeoró la reacción de los 'haters', que pedían incesantemente su censura. El intento de cancelación fue tal que, frente a las insinuaciones de YouTube de retirar el contenido, aseguró que colgaría directamente el videoclip en PornHub. 

Desde entonces, esta estrategia de trol ha caracterizado su carrera. Para promocionar su 'hit' 'Industry Baby', que actualmente se pasea en el top 5 de todas las listas, prometió subir a YouTube la versión "sin censura" de su videoclip, en el que presenta una escena erótica con varios presos en una cárcel. El resultado es una publicación en la que, en el momento exacto en el que entra a las duchas, la reproducción se queda congelada. Más de 17 millones ya han caído en la trampa. "Eres un genio del marketing", le repiten los frustrados 'voyeurs'.

La gran mayoría de titulares que le rodean orbitan alrededor de la falta de filtros con la que muestra su sexualidad. Por ejemplo, a raíz del sencillo 'Thats What I Want', un periodista lo bautizó como pionero al "salir del armario como pasivo", de lo que él se rio, asegurando que solamente le gustaba recibir sexo anal, "y ya está". Una algarada que, no obstante, le permitió hablar, en un tono más serio, de la "misoginia interiorizada en el colectivo LGTBI", que rechaza el "rol sexual supuestamente femenino". 

Incapacidad de disculparse

En el pódcast de 'The New York Times Still Processing', hablaron en detalle sobre esta actitud pública de Lil Nas X y lo que definen como un antes y un después en una afición que tanto gusta a las celebridades: pedir perdón. Desde Justin Timberlake hasta James Charles, la gran mayoría de famosos han pasado por su momento Juan Carlos I y han entonado el "lo siento mucho; me he equivocado y no volverá a ocurrir". Pero el rapero 'centennial' le ha dado la vuelta a esta tendencia.

En el –ya icónico– vídeo donde pedía disculpas con ironía a Nike, no solo se negó a darlas, sino que hizo promoción de su sencillo. De nuevo, usó como estrategia de 'marketing' un troleo a todos aquellos que esperaban ver a un arrepentido Lil Nas X fustigándose por ser una persona abiertamente gay, muy sexual y profundamente blasfema.

Esta controvertida forma de ser recibe una cantidad inversamente proporcional de alabanzas entre sus fans jóvenes y de críticas entre sus detractores de más edad. La generación Z no duda en encumbrarlo. Al fin y al cabo, es una persona que se ha abierto camino entre el gran público encarnando el meme que más representa la actitud de los 'centennials' ante la vida: contra los gritos, discursos y lecciones de moral de los 'boomers', suelta un "lol ok". Porque no, ni él ni sus coetáneos creen que deban explicaciones a nadie.

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