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Sarajevo, antes y después

El periodista Gervasio Sánchez expone en el Museo de la Universidad de Alicante las imágenes de la ciudad tomadas en 1992 y 1993, junto a las fotografías de los mismos lugares en 2008

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Gervasio Sánchez expone en el MUA imágenes de la Sarajevo tomadas en 1992 y 1993 PILAR CORTÉS

En 1993, atravesar los puentes en Sarajevo era jugar a la ruleta rusa. Los francotiradores no daban tregua. Jugar siendo niño en la puerta de casa se convertía también en todo un acto heroico. Las bombas no discriminaban. Esas escenas tristemente cotidianas las recogió con su cámara el periodista y fotógrafo Gervasio Sánchez en 1992 y 1993 en la antigua ciudad yugoslava. Allí volvió en 2008 para repetir la imagen, con el mismo encuadre, y, cuando ha sido posible, con los mismos protagonistas.

El resultado es Sarajevo, guerra y paz, que el Premio Nacional de Fotografía presentó ayer en el Museo de la Universidad de Alicante, donde se podrá ver hasta el 9 de enero. En total se muestran 51 fotografías: 24 dípticos y un tríptico. En ellas confrontan las imágenes captadas al principio de la guerra, en blanco y negro, con las tomadas en 2008, ya en color. «He intentado recuperar las imágenes en blanco y negro sobre la guerra y ver años después qué había pasado», asegura el periodista que a lo largo de su trayectoria ha cubierto 25 conflictos armados en todo el mundo. «Las ciudades de Sarajevo o Mostar han sido reconstruidas, pero en la mente de los ciudadanos sigue habiendo ese poso de la violencia sin aclarar. Mientras rodaba allí el documental Álbum de posguerra me di cuenta de que cuando empiezas a escarbar en la memoria de los ciudadanos creen que no se hizo justicia».

Por eso, considera Gervasio Sánchez que este tipo de exposiciones deberían «obligar a reflexionar a la gente sobre el impacto de la violencia». Para el periodista, «las consecuencias de una guerra no se miden por años y eso hace que esta exposición vaya a ser actualidad hoy, mañana y, tal como esta la cosa, durante los próximos 20 o 30 años».

Considera que las guerras «no acaban cuando lo dice wikipedia sino cuando las consecuencias se superan y las de Serbia no se han superado. Las comunidades viven dándose la espalda. Es increíble hasta dónde llega la maldad de la ciudadanía cuando se deja avasallar por los sectarios que intentan hacer creer que tu visión de la guerra es real. Cuando se destruyen los puentes de convivencia no hay vuelta atrás».

Lo que tiene claro es que en las guerras balcánicas «fue tan responsable el que disparó, el que violó y los que miraron para otro lado, como hizo la Unión Europea y los presidentes de muchos países».

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